Dos en uno...
Ayer empecé “oficialmente” la temporada de exámenes y… ¡qué día! No había dormido casi nada la noche anterior y entre eso y el estrés, pues tenía un humor de perros… no había quien me aguantara. Me encontré al profesor con quien tenía el examen (Monsieur Richelieu) y, la verdad, no estuve lista. Podía haberle sonsacado las preguntas en el vagón y haberles dado un vistazo de última hora, que no me hubiera sentado nada mal, pero bueno… el cansancio me nubló la visión emprendedora, y ahí quedó el asunto, en la nada. Total, que a las 8 y sin bizcocho empezó el suplicio… y aunque no me fue mal con los sistemas de información y gestión, tampoco me fue excesivamente bien, así que espero con presteza a que mi buena nota practica catapulte mi nota un poco más allá del aprobado… por cierto, que gracias a Larita Croft por intentar dejarme ver el dichoso cuadro. Lo siento, pero mi deficiencia visual en el enfoque de figuras lejanas es un handicap… Una vez terminado el asunto, decidí, para despejar...