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Mostrando entradas de octubre, 2005

3 x 1

Anoche, a pesar de lo que a priori parecía, tuve una noche la mar de completa. Tres fueron, tres, los planes… y mucha la diversión. Para comenzar, fui a cenar con Belle. La idea era haber ido con todas las niñas pero, por enésima vez y excusas varias, volvimos a acabar cenando solas. Aunque el primer plan era el de cenar en un sitio nuevo en la zona de Bilbao (que ya sabéis lo que nos gusta ir a sitios nuevos), la cosa no pudo ser y, tras un tour por restaurantes varios (todos ellos de bote en bote, lo que nos hizo plantearnos si la gente verdaderamente se había ido de puente, como era de suponer), acabamos en el Colby de Fuencarral. Después de cenar y tras una llamada a SexyFer, nos encaminamos hacia Moncloa para la segunda escala de la noche, el botellón de Luisen. A nosotras se nos unieron la PPerra y su amiga Patricia y SexyFer, no faltaba más. Si fuimos fue porque a pesar de que a ninguno nos gusten los botellones demasiado, de un tiempo a esta parte Luisen y Arman (a quienes co

I've got mail

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¿Habéis visto Tienes un e-mail ? seguro que sí, la han puesto cientos de veces por la tele. Es de mis favoritas, es... ¿cómo exlicarlo? una cute film... me chifla en muchísimos aspectos, es una película romántica sencilla, pero entrañable. Aquellos que la hayáis visto, ¿recordáis el siguiente diálogo? Joe Fox : You've got mail. Kathleen Kelly : Yes. Joe Fox : Three very powerful words. Kathleen Kelly : Yes. Si hoy lo recuerdo aquí es porque estoy viviendo algo parecido. Gracias a las influencias de Belle (¿o debería decir "Celestina Belle"?) me he visto inmersa en una historia en la que el mail tiene mucho que ver. Desconozco lo que acontecerá de aquí en adelante, pero la verdad es que es algo que me hace sonreír, y por el momento basta. ¿Cuál será el desenlace? Tendréis que seguir paseando por aquí para averiguarlo. Un amigo me ha hecho su agente y asesora de imagen para su nueva gira de charlas financieras "Finantial Madness 2005". Se hace llamar Resident B

La Rebelión de las Faldas

Algunos días, al levantarte, sonríes al intuir que un buen día te espera. Es en esos días en que tienes el guapo subido cuando te da por arreglarte más de lo normal para ir a clase (una falda, raya en el ojo…), y contemplas satisfecha el resultado en un normalmente cruel espejo que hoy, sin embargo, te sonríe. Segura de ti caminas hacia la universidad: la cabeza más ata, la espalda erguida, una sonrisa dibujada en tu rostro… te sientes fabulosa, y eso se nota al caminar. Entonces, al llegar a Alberto Aguilera y empujar con más fuerza que de costumbre la puerta del 23, la realidad te golpea sin piedad, devolviéndote de tus ensoñaciones: una grácil muchachita atraviesa el pasillo despreocupada… va de trapillo y sin embargo, sobradamente más ideal que tú. ¡Oh cruel azote del destino! Al contemplarla, la desolación te embarga por completo y la desidia se apodera de tu espíritu. Es entonces cuando cierras los ojos e intentas recuperar la compostura que apenas hace un par de segundos abandon

Informality Required...

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¡Por fin! por fin tengo en mi poder (gracias a la inestimable ayuda de la Dancing Queen) tanto la música como las imágenes del anuncio de Cordón Negro de Freixenet del año pasado. Cuando lo escuché por primera vez, me atrapó su melodía, pero cuando lo vi... me encantó. No sé por qué, me transmite una energía especial... Para aquellos que no sepáis a qué anuncio me refiero (unque deberías, pues es el único en el que no aparecen burbujas humanas) es una genial mezcla de imagen real y dibujada -tipo comic- ambientada con una música 'retro' estupenda con pinceladas de jazz y 'latin' (genial el piano, sobre todo) y un simpático toque de melódica; la sintonía a la que antes hací referencia es un 'mix' de «A man called Adam» de un tema llamado «Yachts» de «Coco Steel & Lovebomb» ¡ole el nombrecito! En el clip aparecen animaciones de un hombre tocando al piano, mujeres bailando, gente besándose y juventud, mucha juventud (aunque no exclusivamente) todo ello hilado

Er método

Muy buenas tardes… Como ya os puse antes, esta tarde he ido al cine. Lo que no os había dicho es que he ido a ver con el Chico de Mayoral “El Método Gronholm” a una hora casi indecente para aquellos a los que les gusta dormir la siesta. El argumento es de sobra conocido, y si no lo es, pues aquí va: Siete aspirantes a un alto puesto ejecutivo se presentan a una prueba de selección de personal para una empresa multinacional en un rascacielos de oficinas de Madrid. Entre ellos, las personalidades más dispares: el triunfador, el agresivo, la mujer insegura, el crítico, el indeciso...desde ese instante, y en un clima de tensa competitividad, la inseguridad de los participantes se convertirá en miedo y dudas, y estos a su vez en un estado de paranoia general donde los participantes se preguntarán si están siendo observados por cámaras, o incluso si entre ellos podría haber un psicólogo infiltrado que les está ya examinando. En este claustrofóbico clima de máxima desconfianza y absoluta fal

Chapeau!

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Hola a todos… hoy, post de sobremesa. Ayer tuve la oportunidad de asistir a la presentación de la nueva colección de sombreros para el invierno de una amiga de mi madre, Charo, que es sombrerera… ¡madre mía! Si hay algún complemento que me vuelva de verdad loca en esta vida son los sombreros… ¡me chiflan! Así que, os podéis imaginar las ganas con las que iba al evento en cuestión. No quedé decepcionada para nada… esta señora hace unos sombreros que, además de bonitos, son muy buenos… no sabía dónde elegir, era como una niña en una tienda de chuches… me debí probar todos (pamelas, tocados, de caza, de paseo, de fiesta...) e hice un par de fiches… está por ver si no me compro uno al que he echado un ojo, en color marrón y fabuloso . Como os decía, los sombreros son un fetiche para mí, me gustan de casi todas las formas, y si no los llevo más es porque son muy caros (los buenos, claro) y porque mi gran altura me impide llevar pamelas, a riesgo de parecer un mesita de té. También es

Cuando las compras se vuelven en tu contra

¡Menuda mañana he tenido! Después de levantarme bastante tarde (y eso que me acosté relativamente pronto) desayuné y decidí irme a cambiar mi faldita, la que había comprado ayer, que como ya os dije estaba mal cosida la cremallera y me hacía una especie de cuerno. ¡Bendita la hora! Yo que pensé que en 1 horilla a lo sumo lo tendría todo arreglado… ¡ilusa de mí! Me tocó visitar 3 Zaras distintos: en el de Conde de Peñalver no estaba la talla que yo quería, en el de Goya con Velázquez la falda n’existe pas, y por fin, en el de Narváez ¡milagro! Un único ejemplar de la falda en mi talla. Tuve que esquivar a una pretenciosa mujer que pretendía cogerla, pero yo llegué más rápido. Después de mi intensa búsqueda por toda la zona al coger la percha no pude evitar sonreír para mí, hasta que me volví y vi: primero, la cola de los probadores (cuya extensa longitud me hizo descartar automáticamente el probarme la falda) y segundo, la cola para pagar, de cuya longitud, por desgracia, no pude zafar