¡Hasta nunca 2020!
Querido 2020... Prometías, y mucho además. Sin embargo, quisiste hacer honor a la creencia popular de que los pares son años malos... y vaya que si lo has cumplido. Te has llevado a familia, a amigos... nuestra espontaneidad y los abrazos. Las sonrisas libres y visibles, que ahora nos obligas a ocultar bajo las mascarillas. Nos has quitado de celebrar y compartir, con lo de juntarnos que somos en España... nos has quitado hasta el cafelito de la oficina entre compañeros. Nos has quitado los viajes, la ilusión de preparar la maleta. Los conciertos, las ferias... los bailes agarraos. ¿Te parece bonito? Y sin embargo, y porque hace mucho tiempo que decidí buscarme formas de ser más positiva (aunque eso no te redima de los 300 y pico días de pandemia que nos has dado), también me has traído cosas buenas, por las que estar agradecida: Mi familia y amigos, a los que has tratado bastante bien. Los aperitivos virtuales, que aunque no sean igual que abrazar a los amigos, sí que fueron diverti