#chezAgnesWritings : De pasiones y hobbies


El otro día reflexionaba con un amigo sobre las pasiones, lo que hacemos con el tiempo libre, y cómo ambos nos hemos dado cuenta de que nos negamos a creer que la edad adulta deba definirse únicamente por el trabajo, las dichosas finanzas y mantener las apariencias y compromisos que ya no nos aportan.

De un tiempo a esta parte - es lo que tienen las desgracias - , busco la magia en todo lo que me rodea. La chispa. Y me pasa que como ahora tengo un poco más entrenado el ojo, cuanto más busco, más encuentro. Cada vez recomiendo más esta práctica… si estamos atentos y sacamos las cabezas de los móviles, el universo nos regala momentos y milagros que no deberíamos dejar pasar sin que nos afecten de alguna manera. Desde que tomé esa decisión de ser más consciente de lo que me rodea y dedicarme más tiempo a mí, duermo mejor y estoy más tranquila. En esta pequeña práctica diaria de buscar las cosas bonitas y disfrutar de las pasiones he descubierto que los rituales diarios, la gratitud y los momentos de mayor atención hacen que la vida parezca más mágica y tengas otra actitud hacia tu día a día.

Algunas de estas cosas y rituales que a mí me funcionan:  

Agradecimientos
Porque es muy fácil meterse en la rueda del hámster de la queja y la desesperación, si cada día dedicas 5 minutos antes de meterte en la cama a agradecer pequeñas cosas que te han hecho sonreír, te vas a la cama con otro rollo. Huye de que sean cosas laborales (a no ser que sea sobre un buen rato o un éxito que te ha costado conseguir), de lo que se trata es de buscar cosas más allá de la vida laboral, como decíamos antes.

Fotografia
Mi Instagram es mi álbum de recuerdos, de cosas que me gustan y me apetece compartir. De paisajes que me enamoran, luz mágica y recuerdos divertidos. No busco estética cuqui, aunque cuide mis fotos. Pero quiero dejar constancia de lo que mi ojo ve, aunque a nadie más le importe.

Música
Elaboro mis propias listas musicales, y las elaboro con esmero y cariño… lo comento muchas veces por aquí (el poco tiempo que llevo), y con cualquiera que me conozca. En mi opinión, la música suele ser más elocuente que las palabras en muchas ocasiones, y a veces, también puede actuar más rápido que la medicina.
Hace mucho que me he dado cuenta de que es una buena práctica tener un surtido de canciones en las que se puede confiar para dolencias recurrentes, y de ahí mis pequeñas listas. Pero no sólo para dolencias recurrentes, también para momentos en los que te apetece disfrutar nada más, o soltar un poco de energía, relajarte y desconectar de un día duro… si os interesan, os comparto alguna.

Rutinas de belleza
Tras mucho resistirme, he sucumbido a una rutina beauty de cremas… ni yo me reconozco. Muchas veces he compartido en mi antiguo blog los productos de belleza que usaba… pero al final ninguno se quedaba para siempre, especialmente si tenía que echármelo por la noche. Pero de un tiempo a esta parte, he cambiado – espero que para bien -. Cada noche antes de acostarme me tomo 10 minutos para desconectar antes de meterme en la cama (justo antes de mis agradecimientos), cuidándome un poco yo.
Me lavo bien la cara, me echo el tónico y luego aprovecho para darme un masaje facial con el serum y la hidratante que uso para dormir. Tienen un olor agradable, aunque prácticamente imperceptible, y me dan la oportunidad de relajar los músculos de la cara… no os habéis parado a pensarlo pero flipáis con cómo de tensa la podemos llegar a tener a lo largo del día.

Luego van las manos… esto sí que ha sido totalmente innovador para mí, porque detesto la textura aceitosa que se te queda generalmente. Pero la necesidad manda (y he encontrado una crema que me ha enamorado): desde que hago cerámica tengo las manos super secas, y o empezaba a cuidármelas o era insoportable… así que ahora, cada noche (en este caso después de los agradecimientos), me doy otro masaje, esta vez en las manos, para descargarlas también, además de hidratarlas. Mano de santo.

Mirar al cielo.
Es un dicho muy manido eso de “de Madrid al cielo” y no sé si tiene nada que ver con lo que propongo, pero este es mi substack y mis reglas. El cielo de Madrid es una cosa pasmosa de bonito, sobre todo cuando hay alguna nube… atentos al amanecer, pero sobre todo a cuando cae la tarde, porque nos hace regalos cada día. Una de las cosas que más disfruto de estos días en los que las tardes se alargan es precisamente que puedo disfrutar de un poco de las puestas de sol de camino a casa en el coche. Siempre, sin excusa, me arranca una sonrisa. Es que no me podéis negar que el tono de sirope de caramelo que se le pone a los edificios no es una auténtica pasada… es como si todo el horizonte, incluso los fríos edificios de cristal y hormigón, se volvieran más cálidos durante un rato.

Tener un hobbie (o varios)
He tenido muchos, y variados, y a todos me he entregado con pasión: tejer, hacer bisuteria, trapillo… En la actualidad, pintar. Tanto digital, que es para los ratos de tele tonta; como con la acuarela, sobre la que no me voy a entretener porque ya le dediqué una carta la semana pasada. 
Y el segundo y del que ahora cumplo exactamente un año: la cerámica. Esto sí que ha sido un descubrimiento… mindfulness en estado puro, que dicen los modernos. Traducido para los de mi generación: atención plena. El torno no perdona distracciones ni una entrega que no sea total. Vivir el momento and all that jazz.

Todo lo que estas cosas tienen en común, es que me levantan una sonrisa cuando hablo de ellas, me llenan de paz.

Siempre me gusta decir con sorna eso de “Desconfíen vuestras mercedes de una casa sin libros y una persona sin pasiones”, pero es que es verdad. Hay que vivir la vida más allá del horario laboral, y de las rutinas diarias. Hay que entregarse a proyectos, lecturas, momentos para nosotros. Hay que disfrutar de la vida, que es una. 



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