William Morris, el arte del estampado

Hoy es el cumpleaños de William Morris, que para quienes no le conozcáis, es considerado un maestro del diseño textil y una de las figuras más destacadas del movimiento británico Arts and Crafts. También es mi diseñador de estampados (si se le puede denominar así) favorito... me vuelven loca sus diseños, y me parece la quintaesencia de lo brit.

Pero ahí no se queda la cosa. William Morris fue también arquitecto, traductor, poeta, novelista y activista socialista. Además de gran defensor de la conservación del patrimonio arquitectónico tanto religioso como civil. 

¿Qué es el movimiento Arts & Crafts?

El movimiento Arts and Crafts, ligado al diseño y a las artes decorativas, nació en Gran Bretaña hacia 1880 y se desarrolló hasta la I Guerra Mundial. Se extendió rápidamente a través de América y Europa hasta llegar a Japón y tomó su nombre de la Arts and Crafts Exhibition Society, fundada en Londres en 1887.


Fue un movimiento nacido desde los ideales, la preocupación por los efectos de la industrialización en el diseño, el saber y la vida cotidiana. Abogaba por una reactivación de la artesanía tradicional, un retorno a una forma de vida más simple y una mejora en el diseño de objetos domésticos ordinarios. En resumen, buscaban un retorno a la calidad y calidez de la artesanía medieval... de hecho, decían que los artesanos se merecían la categoría de artistas por el trabajo que hacían, y fue pionero también en reivindicar mejoras de las condiciones laborales de los trabajadores, investigaba personalmente el uso de tintes orgánicos o fundaba una sociedad para proteger los edificios antiguos.

¿No os parece que ahora mismo estamos también viviendo una "revolución" parecida? Está todo inventado.




Los gustos de William Morris

Desde pequeño, William Morris leía con mucho interés novelas medievales llenas de caballeros, castillos fuertemente decorados y mucha influencia mitológica. Todas estas influencias las plasmaría en sus trabajos posteriores: un universo romántico y excesivo.

Estas influencias se vieron reforzadas en su época universitaria, que llevó a cabo en Oxford y donde estudió arquitectura y teología. 
Posteriormente se fue a vivir a Bloomsbury que sería sin duda alguna su mayor influencia. Primero, porque el espíritu artístico del entorno le permitió dedicarse a la poesía y a la pintura, logrando introducirse en el círculo de los pintores prerrafaelitas, que compartían sus mismos ideales. Además, fue donde conoció a su esposa, Jane Burden, que se convertiría en su musa.

En la imagen, la mujer de Morris, pintada por él caracterizada como Isolda. En el reverso del cuadro se puede leer la inscripción:
No sé pintar, pero te amo.

Un moderno palacio de las artes

La casa que William Morris regaló a su mujer por la boda fue una de sus obras más representativas, si no la que más. A construirla y decorarla le ayudaron sus amigos prerrafaelitas (el arquitecto Webb entre ellos), aunque el diseño de cada rincón y vidriera fue cosa suya.



Tanto éxito y satisfacción obtuvo de esta creación, que posteriormente crearía junto a estos mismos amigos una empresa de arquitectura y diseño: Morris, Marshall, Faulkner & Co. para seguir produciendo sus creaciones. Fueron muchos los encargos importantes los que les hicieron (entre ellos en el Palacio de Saint James), aunque su trabajo (por su nivel de detalle), no estaba al alcance de todos.

Los estampados de William Morris

Fue durante aquella época en la que desarrolló sus estampados que tanto me enamoran. El primero de ellos, Trellis, surgió en 1862, y de ahí surgió una larga lista: Acanthus, Leicester, Garden Fruit, Willow, Golden Lily... todos florales, vegetales o frutales, como salidos de tapices medievales.



A día de hoy, se siguen fabricando en forma de telas y papeles pintados bajo su marca, Morris & Co, y como os decía, a mí me vuelven loca. Tengo una carpeta de mis años de estudiantes forrada con un papel de sus estampados y no la tiro porque me encanta. Ya estoy buscando unas libretas para mis diarios y agenda...






La imagen de portada es de GONZALO MUIÑO


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