Postales desde San Miguel de Allende (México)
Hola pajaritos, espero que hayáis empezado bien la semana... después de mi viaje, para mí está siendo algo más complicado volver a la rutina, sobre todo después de haberme llenado la retina de tantos rincones bonitos y colores.
A San Miguel de Allende se puede llegar en autobús* desde el DF (son aproximadamente unas 3 horas de viaje) y es uno de los principales destinos turísticos del país. Hasta hace bien poco era considerado uno de los Pueblos Mágicos de México (un distintivo creado por el país para reconocer a ciudades acogedoras y culturalmente atractivas), título que fue eliminado al convertirse en 2008 en Patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco bajo el título de Villa Protectora de San Miguel y Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco debido a su aporte cultural y arquitectónico al Barroco mexicano y a su importancia en la lucha de Independencia de México de España.
Para mí fue una sorpresa de ciudad en tanto en cuanto me pareció muy acogedora y tranquila, como os comentaba. Me recordó un poco - salvando las distancias, obviamente, y las diferencias arquitectónicas - a San Lorenzo del Escorial, con su plaza principal cuadrada presidida por una gran iglesia, de la que van saliendo las diferentes callecitas.
La ciudad
Una cosa que tenéis que hacer las chicas nada más llegar, es compraros una corona de flores. Son baratísimas y las hacen en los soportales de alrededor de la plaza unas chicas locales. Nos os vais a arrepentir... mirad qué bonitas:
Hay 2 iglesias principales, el Templo de la Concepción (con un altar preciosísimo) y la Iglesia de San Miguel Arcángel (que es la que os digo que está en la plaza principal o El Jardín, como lo llaman por sus densos árboles cuadrados). También hay otros pequeños templos que iréis descubriendo en vuestro paseo y que os invito a visitar.
Por lo demás, es una ciudad para pasear con tranquilidad, sobre todo la calle Cuna de Allende (que aparece en todos los cuadros y fotografías que se hacen de la ciudad por su preciosos colores). Sus casas (casi todas pintadas de color amarillo albero, pero también en granate), son preciosas, y todas tienen unas puertas increíbles... ya publiqué un vídeo el otro día, pero es que es la mejor forma de os lo enseñe sin publicar la ristra de fotos que tengo... jajajaja.
Aprovechar y visitar las tiendecitas... es una ciudad que tiene un importante mercado de muebles y antigüedades, por lo que encontrar tesoros es un asegurado. También, por supuesto, de artesanía típica. México es tan rico en cultura que allá donde vas encuentras pequeñas cosas que comprar y recuerdos con los que te enamoras en el acto... mantelerías, ropa bordada, artesanía en cerámica... de verdad que es un no parar.
También hay un mercado de artesanía propiamente dicho. No es como el de la ciudadela, y requiere andar un poco en dirección opuesta a la Iglesia en línea recta, pero merece la pena darse una vuelta porque no es muy grande, y seguro que encontráis alguna cosa que os gusta.
¿Dónde tomarse algo?
Para comer, fuimos a un sitio que se llama Restaurante Pueblo Viejo atraídos por las buenas reseñas, muy en el centro. La verdad es que nos encantó no sólo la comida (no dejéis de probar el filete con salsa de aguacate), sino también el entorno tranquilo que se respira en su patio interior. Os dejo aquí el link a mi reseña para que veáis las fotos de la comida y el lugar.
Una recomendación que me hicieron y que fue fantástica, fue la de tomarnos una copa en la terraza del Hotel Rosewood, que tiene unas vistas increíbles de la ciudad. Nosotros fuimos al atardecer y fue todo un acierto... mejor os dejo las fotos porque una imagen vale más que mil palabras.
¿Dónde alojarse?
Nosotros nos alojamos en el Hotel Casa Don Quijote, que está un poco "alejado" del centro. Lo pongo entrecomillado porque está fuera del bullicio, pero tardas 10 minutos en llegar, así que está muy bien si como nosotros necesitas un sitio a medio camino entre el centro y la estación de autobuses, puesto que a ambos se puede ir andando sin problema y prácticamente en línea recta. El precio es muy ajustado y el servicio atento... y las habitaciones están francamente bien.
En definitiva, San Miguel de Allende es una ciudad fantástica para pasar el día y ver una parte diferente de México, tranquila y con mucho encanto. Se lo recomiendo a todo el mundo.
* Nosotros viajamos con Primera Plus y nos fue francamente bien
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