Postales desde Guanajuato (México)
El otro día viajamos a través del blog a la ciudad vecina de San Miguel de Allende (que va camino de convertirse, además, en el post más visto del mes), y hoy voy a hablaros de otra ciudad mexicana que merece la pena visitar si vais varios días a la zona.
Como en la ocasión anterior, viajamos en bus desde San Miguel de Allende con Primera Plus (aproximadamente durante 2 horas), para llegar a Guanajuato, otra de las ciudades con un mayor papel en la independencia de México y que también es Patrimonio de la Humanidad, además de capital cervantina de América.
Aunque hay muchas cosas que ver, yo os voy a a hablar de lo que hicimos nosotros, que fue un plan bastante tranquilo. Esquivamos a los guías turísticos, nos saltamos las momias y la Alhóndiga... lo digo para que no lo penséis incompleto, sino simplemente una recomendación desde nuestra experiencia.
Aunque hay muchas cosas que ver, yo os voy a a hablar de lo que hicimos nosotros, que fue un plan bastante tranquilo. Esquivamos a los guías turísticos, nos saltamos las momias y la Alhóndiga... lo digo para que no lo penséis incompleto, sino simplemente una recomendación desde nuestra experiencia.
La ciudad
Guanajuato es preciosa desde el primer momento en que te adentras en su centro histórico, ya que miras donde mires, hay muchísimo color. Sobre todo si te fijas en la colina... es una ciudad muy paseable, además, y que merece la pena callejear. Su estructura es más de pueblo que San Miguel, pero con mucho encanto y vidilla.
Uno de los rincones más emblemáticos de la ciudad es, sin duda, el Callejón del beso. Se trata de un pequeño callejón de unos 70 cm de ancho, en el cual se vivió un amorío incomprendido que terminó en tragedia. Dicen que hay que besarse en el tercer escalón para obtener 15 años de buena suerte...
Aunque nosotros nos pasamos toda la mañana callejeando sin rumbo realmente fijo, otro de los puntos más importantes que no hay que dejar de visitar es la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato (que además estaba al lado de nuestro hotel). Su rica decoración fue patrocinada por los mineros ricos de la zona, ya que ésta era una ciudad muy importante en lo que a metales preciosos se refiere. Otras iglesias que merecen la pena visitar son el Templo de la Compañía de Jesús o el Templo de San Diego.
El Palacio Legislativo, también en la zona, cuenta con exposiciones temporales y es bonito de ver también.
Aunque sin duda, una de las visitas que más nos impactó fue la del Teatro Suárez. Por 30 pesos de nada, accedes a un teatro precioso con una decoración y un trabajo que quitan el aliento. Tiene un trabajo de marquetería con inspiración árabe que de verdad que merece la pena visitar.
Un poquito más alejada, en la trasera de estos edificios, hay varias visitas también interesantes: La Universidad de Guanajuato (que es un edificio impresionante con una entrada escalonada que quita el aliento, pero que nosotros no pudimos visitar por estar en obras), la Casa Museo de Diego Rivera (tanto por la decoración de la época, como por las obras que allí se exponen), etc.
Se puede acceder fácilmente y gratis andando (aunque la cuesta es de padre y muy señor mío), o mediante funicular, que es muy barato, y que sale desde la parte trasera del Teatro Juárez y que es lo que hicimos nosotros.
Y por contraste, no dejéis de echar un vistazo a las calles subterráneas de Guanajuato. Se construyeron para dar solución a los continuos problemas de inundaciones que tenía la ciudad y ahora se han convertido en toda una mini-ciudad subterránea que merece la pena ver.
Uno de los rincones más emblemáticos de la ciudad es, sin duda, el Callejón del beso. Se trata de un pequeño callejón de unos 70 cm de ancho, en el cual se vivió un amorío incomprendido que terminó en tragedia. Dicen que hay que besarse en el tercer escalón para obtener 15 años de buena suerte...
Aunque nosotros nos pasamos toda la mañana callejeando sin rumbo realmente fijo, otro de los puntos más importantes que no hay que dejar de visitar es la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato (que además estaba al lado de nuestro hotel). Su rica decoración fue patrocinada por los mineros ricos de la zona, ya que ésta era una ciudad muy importante en lo que a metales preciosos se refiere. Otras iglesias que merecen la pena visitar son el Templo de la Compañía de Jesús o el Templo de San Diego.
El Palacio Legislativo, también en la zona, cuenta con exposiciones temporales y es bonito de ver también.
Aunque sin duda, una de las visitas que más nos impactó fue la del Teatro Suárez. Por 30 pesos de nada, accedes a un teatro precioso con una decoración y un trabajo que quitan el aliento. Tiene un trabajo de marquetería con inspiración árabe que de verdad que merece la pena visitar.
Un poquito más alejada, en la trasera de estos edificios, hay varias visitas también interesantes: La Universidad de Guanajuato (que es un edificio impresionante con una entrada escalonada que quita el aliento, pero que nosotros no pudimos visitar por estar en obras), la Casa Museo de Diego Rivera (tanto por la decoración de la época, como por las obras que allí se exponen), etc.
Compras de Artesanía
Aunque por el centro hay varias tiendecitas y puestos donde encontrar artesanía, sobre todo en los alrededores del Teatro Juárez, el mercado más conocido de la ciudad es el Mercado Hidalgo. No me voy a detener mucho tiempo porque a nosotros no nos gustó mucho, la verdad. Más bien nos decepcionó bastante.Unas vistas impresionantes
Sin duda, una de las visitas obligadas al venir a Guanajuato es el Mirador del Pípila, desde donde se pueden ver las vistas más impresionantes de la ciudad.Se puede acceder fácilmente y gratis andando (aunque la cuesta es de padre y muy señor mío), o mediante funicular, que es muy barato, y que sale desde la parte trasera del Teatro Juárez y que es lo que hicimos nosotros.
Y por contraste, no dejéis de echar un vistazo a las calles subterráneas de Guanajuato. Se construyeron para dar solución a los continuos problemas de inundaciones que tenía la ciudad y ahora se han convertido en toda una mini-ciudad subterránea que merece la pena ver.
¿Dónde tomarse algo?
Aunque hay muchos sitios apetecibles en el centro, a nosotros nos habían recomendado comer en Truco 7, y es lo que hicimos. Se trata de un sitio de comida tradicional, de precios asequibles y raciones grandes. Para nosotros, demasiado... pero por el precio por el que comimos, desde luego que mereció la pena. Además, ofrecen agua con sabores a frutas (naturales), que están muy ricas y refrescantes. Perfecto para comer sin complicaciones.
¿Dónde alojarse?
Como os decía, Guanajuato tiene mucha vida en el centro, por eso es importante alojarse en un hotel cercano. Nosotros no lo pudimos hacer mejor con nuestro hotel, La Casona Don Lucas. La relación calidad-precio de este hotel es estupenda. Para pasar una noche y conocer la ciudad es perfecto, porque se encuentra en pleno centro, rodeado por edificios coloniales de gran interés, como la Basílica Colegiata de Nuestra Señora de Guanajuato, el Palacio Legislativo, el Palacio Municipal, el Palacio Otero y la Casa de los Pérez Gálvez. Además, el servicio es muy atento, y aunque llegamos antes de poder entrar a la habitación, nos guardaron las maletas.
Otro detalle que tuvieron con nosotros fue que, como llegamos a la hora del desayuno y el del día siguiente (que era el que nos correspondía por la tarifa) nos lo íbamos a perder, nos permitieron desayunar ese mismo día.
Otro detalle que tuvieron con nosotros fue que, como llegamos a la hora del desayuno y el del día siguiente (que era el que nos correspondía por la tarifa) nos lo íbamos a perder, nos permitieron desayunar ese mismo día.
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