Seda by Loewe

Últimamente Don Enrique Loewe se pasea mucho por este blog, menos de lo que me gustaría (soñar sigue siendo gratis), pero paseándose, empero. El otro día lo hizo desde la inauguración de mi MBA, hoy lo hace con motivo de la exposición de pañuelos de seda que hay en la tienda insignia de la Gran Vía de Madrid.


La exposición titulada “Pañuelos españoles” se encuentra en la planta superior de la tienda, a la que se accede por una suntuosa y espléndida escalera de caracol rodeada de espejos que le hacen sentirse a una como una auténtica estrella. No es excesivamente grande (la superficie de la tienda tampoco lo es), pero en ese pequeño espacio han podido mostrar un total de 30 modelos de los 500 originales de los que es dueña la casa, modelos todos ya descatalogados, elegidos por el director creativo de la marca Stuart Vevers. Mi madre y yo hemos tenido la suerte de estar solas en la exposición (no me la imagino plagada de gente) y aunque a ambas nos ha sabido a poco, hemos disfrutado mucho con los espléndidos colores y originales diseños de la firma.

Imagen cortesía de EsMadrid

Una de las piezas más divertidas de la exposición es sin duda la escultura del Rey montado a caballo que preside el centro de la sala. De tamaño casi real, la figura del animal está entera hecha de pañuelos de Loewe de diferentes colores, texturas y estampados, y es verdaderamente impresionante y original.

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Los pañuelos expuestos muestran diferentes colecciones, todas ellas entrelazadas con el denominador común del “hecho en España”:
Pintores españoles, con imágenes de Velázquez (sobre todo las Meninas) y Goya, bajo la afirmación “España es tierra fecunda en pintores.  A lo largo de toda la historia y hasta hoy, grandes obras de la pintura universal han sido pintadas por autores españoles”.


Un rincón taurino, presidido por un traje de luces de Enrique Ponce (que particularmente, es la colección que menos me ha gustado de todas las allí respresentadas).

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Un homenaje al mantón de manila con la frase “los ramilletes de clavelinas, los claveles y las flores que en tonos degradados se han bordado en los mantones de manila durante generaciones, lucen en la seda con todo su encanto” y con sus bellos y vicos colores, quisiera añadir yo… es una de las muestras que más nos ha gustado de todas.

Detalle de uno de los pañuelos de la colección
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Y escenas de tapices y cerámicas españolas en las que se inspiró Loewe para crear grecas y dibujos barrocos de espléndido brillo en decenas de colores en un antojo por empaparse de la larga y rica historia que acompaña a estos dos objetos.


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Otra de las partes más curiosas de la exposición es una pared forrada de los diferentes pasos que componen la creación de uno de estos pañuelos de seda ornados y teñidos a mano. Pura artesanía de una extremada complejidad: la estampación de uno de estos pañuelos implica una pasada de plancha por cada uno de los colores representados, así que, echándole un vistazo a las fotos, os podéis imaginar las horas de trabajo que suponen.

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Os dejo con algunos detalles del caballo, para que veáis qué curioso.

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¡¡Os animo a que vayáis a verla!!

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