London Girl XI. Houses of Parliament

Dos de las chicas de clase, la bielorrusa y la ukraniana, son fashion insiders. La segunda sobre todo, quien trabaja de periodista de moda en no sé qué revista/canal de televisión del país, lo sabe todo, lo ve todo, conoce a todos y no ignora nada. Es alta, rubia y sosa. Y lleva 4 anillos de Luis Vuitton, y ropa cara, muy cara. El gran sueño de su vida es trabajar en Vogue Ucrania, sea cuando sea que eso vaya a suceder. Idolatra Vogue, sueña con Vogue… y siempre acaba teniendo conversaciones inside con el profesor, algo que irrita profundamente a las outsiders como yo, sinceramente. La bielorrusa, en cambio, que es madre y tiene un curriculum tan largo como un rollo de scotex (es profesora de historia), odia dicha publicación. La considera el ejemplo por antonomasia de la anti-moda, la masificación del arte, y todo lo que no es chic. Sin embargo – y mal que le pese – viste según las tendencias… y secretamente me congratulo por ello. Es como aquella fabulosa escena del Diablo Viste de Prada, en la que Meryl Streep comenta a la todavía por pulir Andy, lo que significa su jersey color cerúleo, incluso cuando lo ha comprado en una tienda de saldos.

En… fin. Me he puesto en el grupo co La Periodista, y X. una chica cuya presentación me impactó sobre manera en el curso anterior. También se nos ha acoplado Mo, una chica china que habla en susurros y tiene una ligera obsesión por la claridad en las tareas. Pronto nuestra idea de revista fluye…

Esta tarde hemos salido como las balas de clase. Tenemos entradas para Houses of Parliament, y la verdad es que tengo muchas ganas, pues comentarios de diversos orígenes han levantado mis expectativas. La visita no me decepciona, en absoluto. La guía, Val (una mujer bajita y rechoncha vestida con un vestido floral en tonos borgoña, que ha decidido teñir las puntas de su blanco pelo masculino para que peguen), hace un esfuerzo para que al mismo tiempo que los que sabemos inglés no nos aburramos, lo que no lo hablan tanto disfruten también de la visita.

El edificio es simplemente impresionante. Las habitaciones, exquisitas. Hay tantos cuadros, y tanto arte en general, que pienso en lo mucho que me gustaría trabajar allí. Sus pasillos parecen salidos de Hogwarts, con tapices y maderas, y cuadros por doquier, ricas alfombras... El palacio (pues en tiempos fue residencia real, para vigilar las obras de la Abadía) contiene más de mil habitaciones, aunque las principales están en el primer piso, las que visitamos: El Robing Room- donde la Reina se viste para la ceremonia de Apertura del parlamento- , la Royal Gallery, la Prince's Chamber, la Lords' Chamber, el Peers' Lobby, el Central Lobby, el Members' Lobby y la Commons' Chamber… todas ellas se encuentran distribuidas en línea recta en esta planta, de sur a norte y si las puertas estuvieran abiertas, podrían saludarse dos personas una a cada extremo del edificio. Esta distribución hace de este edificio algo tremendamente peculiar.

Como peculiar es, también, la forma de voto dentro de la Cámara. Resulta que hay 2 pasillos, el de el sí y el no, hacia los que se dirigen los comunes cuando tienen que emitir su voto. Para los que no están presentes, suena una campana por el edificio, además de en los pubs y cafeterías locales (e incluso sus casas) que les da 10 minutos para presentarse. Después pasan por un control, que les pasa lista, y donde se registra su voto… absurdamente inglés, ¿no? Tremendamente ineficiente, diría yo… por mucho que tenga décadas de antigüedad.

All in all el edificio me encanta. Y merece todo la visita. Sólo recordaros que abre para los turistas sólo en agosto, así que, no soñéis con verlo en otra época del año.


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