La mal llamada crisis...
Os juro que detesto hablar de política, pero tal y como está la situación, y a la vista de los últimos acontecimientos, no sería de responsable por mi parte permanecer impasible ante la llamada “crisis del PP”, sobre todo porque más que crisis, esto es un Guerra en toda regla.
Yo ya sabéis de qué cuerda soy, y por eso precisamente, me siento en la obligación moral de hacer autocrítica. Y empezaré por lo que más me preocupa en este momento: necesitamos un nuevo líder. El Sr. Rajoy, no sé si afectado por los resultados de las últimas generales o qué, se ha desviado totalmente de su camino, y creo sinceramente que ni siquiera un GPS podrá ayudarlo a volver. Nunca fue santo de mi devoción (Rato forever!!), pero durante unos meses – los previos a las elecciones – creí sinceramente que, si bien no era mi primera elección, tampoco era un mal propiamente dicho.
Lamentablemente, la situación ha cambiado. Y cuánto. Primero fue Zaplana, luego Acebes, y ahora María San Gil. ¡¡María San Gil!! Brazo fuerte en el País Vasco, adalid de la lucha contra ETA, ejemplo de integridad, valor y fuerza e ídolo mío personal. La suya ha sido una decisión consecuente con su ideología (lo cual me hace admirarla aún más), valiente, honrada y, eso sí, verdaderamente triste para los que aún apoyamos al partido (no sé ya durante cuánto tiempo más). Ha sufrido una traición en toda regla, y eso es lo más lamentable de todo. Sin duda, la gota que ha colmado mi vaso. Muchos son los que han lamentado su decisión, la mayoría del mal llamado “núcleo duro” del PP: Espe fue la primera en reaccionar y la más crítica también con la dirección del partido (ha pedido a Mariano que reflexione, aunque no le veo yo muy por la labor…), y otros la han seguido: Acebes (“San Gil es lo mejor que tiene el partido”) o – y he de reconocer que esto me jode profundamente, pues no la trago –Ana Botella. La delegada de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid siguió la línea de Espe y mostró su apoyo a San Gil, asegurando que si ha abandonado la ponencia será por un motivo "esencial", como que "no se estarán garantizando los principios del partido". Qué fuerte, ¿eh? San Gil no se fía del nuevo Rajoy ni su nuevo equipo, y Botella (que recordemos es mujer del expresi) deja intuir que los principios del partido se los están pasando por el forro del pinfanillo. Olé.
Tampoco debemos olvidar la persecución encarnizada que está sufriendo la Señora Aguirre, otro de mis ídolos políticos. Con todo lo que ha hecho por la Comunidad de Madrid, el apoyo que ha mostrado a Rajoy, que la ninguneen como lo están haciendo, haciéndola parecer la mala de la película es… intolerable. Intolerable porque parece mentira, ahora que Rajoy afirma que lo que necesita el PP es un cambio, que se quieran apagar las únicas voces que parecen estar mirando hacia delante, pero sin perder las características identidad del partido. Si ahora Rajoy se baja los pantalones, cambia su política para contra el terrorismo, y rebaja su defensa de la identidad nacional… ¿qué les queda? Eh? Qué les queda?
Me he informado aquí, y aquí.
Yo ya sabéis de qué cuerda soy, y por eso precisamente, me siento en la obligación moral de hacer autocrítica. Y empezaré por lo que más me preocupa en este momento: necesitamos un nuevo líder. El Sr. Rajoy, no sé si afectado por los resultados de las últimas generales o qué, se ha desviado totalmente de su camino, y creo sinceramente que ni siquiera un GPS podrá ayudarlo a volver. Nunca fue santo de mi devoción (Rato forever!!), pero durante unos meses – los previos a las elecciones – creí sinceramente que, si bien no era mi primera elección, tampoco era un mal propiamente dicho.
Lamentablemente, la situación ha cambiado. Y cuánto. Primero fue Zaplana, luego Acebes, y ahora María San Gil. ¡¡María San Gil!! Brazo fuerte en el País Vasco, adalid de la lucha contra ETA, ejemplo de integridad, valor y fuerza e ídolo mío personal. La suya ha sido una decisión consecuente con su ideología (lo cual me hace admirarla aún más), valiente, honrada y, eso sí, verdaderamente triste para los que aún apoyamos al partido (no sé ya durante cuánto tiempo más). Ha sufrido una traición en toda regla, y eso es lo más lamentable de todo. Sin duda, la gota que ha colmado mi vaso. Muchos son los que han lamentado su decisión, la mayoría del mal llamado “núcleo duro” del PP: Espe fue la primera en reaccionar y la más crítica también con la dirección del partido (ha pedido a Mariano que reflexione, aunque no le veo yo muy por la labor…), y otros la han seguido: Acebes (“San Gil es lo mejor que tiene el partido”) o – y he de reconocer que esto me jode profundamente, pues no la trago –Ana Botella. La delegada de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid siguió la línea de Espe y mostró su apoyo a San Gil, asegurando que si ha abandonado la ponencia será por un motivo "esencial", como que "no se estarán garantizando los principios del partido". Qué fuerte, ¿eh? San Gil no se fía del nuevo Rajoy ni su nuevo equipo, y Botella (que recordemos es mujer del expresi) deja intuir que los principios del partido se los están pasando por el forro del pinfanillo. Olé.
Tampoco debemos olvidar la persecución encarnizada que está sufriendo la Señora Aguirre, otro de mis ídolos políticos. Con todo lo que ha hecho por la Comunidad de Madrid, el apoyo que ha mostrado a Rajoy, que la ninguneen como lo están haciendo, haciéndola parecer la mala de la película es… intolerable. Intolerable porque parece mentira, ahora que Rajoy afirma que lo que necesita el PP es un cambio, que se quieran apagar las únicas voces que parecen estar mirando hacia delante, pero sin perder las características identidad del partido. Si ahora Rajoy se baja los pantalones, cambia su política para contra el terrorismo, y rebaja su defensa de la identidad nacional… ¿qué les queda? Eh? Qué les queda?
Me he informado aquí, y aquí.
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