#ChezAgnesWritings: La magia de ver nevar

Confieso que cada invierno pido al Año Nuevo como deseo que vuelva a nevar en Madrid. Quizás no tanto como en Filomena, pero de una forma lo suficientemente intensa como para que cuaje.

Recuerdo la mañana en que empezó a nevar. Me pasé horas junto a la ventana, con un té hirviendo entre las manos, viendo cómo los copos de nieve caían suavemente del cielo, transformando el bullicio habitual en un tranquilo susurro. Siempre me impresiona cómo todo queda en silencio cuando nieva. Es una magia especial, como si la ciudad entera se pusiera en pausa y todo se moviera a cámara lenta. Las calles, que normalmente están abarrotadas de vida y ruido, se cubren de un manto blanco que amortigua los sonidos, y se crea algo así como burbuja de paz digna de un bonito pisapapeles navideño.

Además, seguro que os pasa como a mí que me quedo mirando embobada cómo caen los copos de nieve… me parece super hipnótico y relajante. Cada copo desciende deslizándose en amplios círculos bailando en el aire antes de posarse delicadamente sobre los tejados, los árboles y las aceras. Siempre me recuerda a la escena del invierno de Fantasía de Disney, que es una película super poco apreciada. Si además los copos son lo suficientemente grandes como para poder ver su forma, me encanta tratar de disfrutarlos antes de que se derritan al posarse. 

Ver nevar es magia en estado puro, sobre todo porque, en una ciudad tan vibrante como Madrid, te recuerda que también puede haber momentos de calma y maravilla.

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