Balance de 2022. El remate final
2022. Qué año más complicado… y qué año tan entusiasmante a la vez, lleno de retos y de ilusiones. Empezó un poco torcido… con más incertidumbres que otra cosa, y aunque ha mejorado en varios temas, en este aspecto no ha ido mucho a mejor.
2022 llegó conmigo sentada en una mesa, rodeada de atriles y apuntes y con la firme intención de opositar, a falta de un mejor plan. Para marzo llegó una llamada cargada de esperanza y de un plan más atractivo, un trabajo con el que entusiasmarse y aprender. ¡Y vaya si he aprendido! Y vaya gente fantástica también que ha venido a engrosar mi pequeño círculo. Me despido de ellos en unos días (es lo que tiene cubrir una baja, que se acaban), y adelanto lloros… queridos chocolateros, me habéis dado comidita para el alma.
Entre medias, muchas exposiciones interesantes. Restaurantes y comidas nuevos. Festivales alocados en los que despendolarse y DISFRUTAR, así, con mayúsculas. Planes de viajes que no han podido ser pero que serán, eso me lo prometo a mí misma. Y todo en la mejor compañía. Gracias por acompañarme en otra vuelta alrededor del sol, y las que (espero) nos quedan.
2022 se despide con otro poco de incertidumbre, pero con muchas ganas. Lo despido cargada de experiencias y de muchas satisfacciones que han venido de la mano de mi pequeño proyecto de ilustraciones. Gracias a todos los que habéis confiado en mi para vuestros encargos y regalos, porque no sólo me habéis hecho feliz, sino que habéis contribuido a que siga mejorando en mi trabajo.
2023. Te espero con ganas. Espero que te portes, que ya me toca tener un año bueno de principio a fin. No me decepciones, anda.
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