Viaje en coche
Tenía las piernas cruzadas y los pies apoyados en el viejo salpicadero. Tomas, al volante, le dio un manotazo distraído mientras mantenía la vista fija en la carretera, aunque no hubiera apenas tráfico. Le miró de reojo y suspiró con hastío y algo de ironía, devolviendo sus pies descalzos al suelo del coche y girando el cuerpo para mirar por la ventana. Hacía más de una hora que el atardecer había convertido el cielo en un espectáculo de color naranja fundido con bandas de color rosa gracias a la luz que se colaba entre las nubes. Pero ahora el sol se había escondido por completo tras el horizonte, y el azul y el negro avanzaban por el cielo cubriéndolo como el pesado telón de un teatro. A ambos lados del coche, el paisaje corría fundiéndose en una mancha oscura, sin formas reconocibles. Así había sido durante días y días… pero apenas quedaba ya una jornada por delante de carretera. Un día y podría sumergir los pies en el mar y olvidarse de las largas horas de carretera. Car Rid...