Ilustraciones Chez Agnes: Una bufanda eterna
Por aquel entonces yo no tejía, pero mi madre tuvo a bien hacerme aquella bufanda, que ahora mismo no sé dónde acabó. Le pedí una bufanda larga y acolchadita para los días más fríos... y escogimos una lana en tonos fucsias y naranjas que nos enamoró a primera vista. El resultado fue una enorme serpiente de lana que hacía que se me viera a kilómetros de distancia, pero que yo lucía con orgullo y una enorme sonrisa.
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