#ChezAgnesSummer
Para mí el verano no es el color naranja ni el amarillo. Es el color gris/azul oscuro del mar, el azul celeste del cielo de Madrid (sin rastro de nubes) y el verde del césped. Es el gris de las calles de Madrid vacías. El beige resplandeciente de la arena de playa.
Para mí el verano no es el golpe de fresco del agua de la piscina. Es el calor sofocante que sale del asfalto. El frío de un refresco que suda. El calor que quema del sol. El frescor que recorre mi espalda sudada cuando se levanta el aire. La quemazón al sentarse en una silla al sol en una terraza.
Para mí el verano no es la canción que nos taladra el tímpano desde el 1 de junio hasta que empiezan a caer las primeras hojas. Para mi el verano es el susurro del mar. Los aspersores en la madrugada. El camión de basura a las 00:45 que se oye a través de las ventanas abiertas. El Run Run del ranchón cubano en la distancia. Las cigarras que cantan a partir de las 12 cuando el calor aprieta. El rugir del antiguo ventilador de mi casa.
Para mí el verano no es un tinto fresquito. Para mí el verano es el gazpacho de mi madre. Unos espetos a la orilla de la playa. Los helados de Stracciatella de Sienna, o el café helado de un buen Frapuccino de Starbucks. Para mí el verano es el sabor del mar en los labios tras un baño helado en la playa.
Para mí el verano no es el olor de una paella. Es el de la leña tostando unos espetos. El salitre en las mañanas que se levanta el viento junto al mar. Para mí el verano es la dama de noche que crece bajo mi terraza, o la humedad de las noches de Marbella. Para mí el verano es el olor del asfalto caliente cuando llueve y hace mucho calor (bendito petricor).
Espero que sigáis conmigo estos días, y si no, que volváis en septiembre de nuevo.
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