Vitamina para tu rostro
Con lo cansada que ando últimamente con tantos viajes de aquí para allá, mi piel se está resintiendo, así que estoy reforzando mi rutina de belleza (que tenía bastante abandonada), para ponerle remedio.
Uno de los ingredientes que más en boga está últimamente y sobre el que se están escribiendo multitud de artículos, es precisamente la Vitamina C, de cuyos beneficios me estoy aprovechando estos días.
El beneficio principal por el que está ganando tantos adeptos, es porque ayuda a que la piel produzca colágeno, convirtiéndola en el ingrediente antienvejecimiento por excelencia... aunque en este caso hay que ser paciente y usarla de manera continuada para que los efectos sean visibles.
El motivo por el que yo la he incluido en mi rutina en forma de serum, es porque aporta luminosidad a la piel, y parece ser que se nota mucho más rápido en pieles cansadas, grasas o mates como la mía. Eso sí, hay que tener cuidado al usarla por dos motivos: puede ensuciar los poros, y no se recomienda su uso si vas a tomar el sol.
Además, es una protección natural contra el estrés diario que sufre nuestra piel, como la contaminación y los daños causados por el sol. Además, en el medio-largo plazo ayuda a difuminar las manchas de tu piel.
Por el momento yo me estoy animando con el Serum de Lidl, pero no descarto el hacer un upgrade pronto si veo que los resultados son buenos para conseguir unos mejores. Os recomiendo este artículo de Kiehl's que habla de mitos y realidades sobre la Vitamina C, por si tenéis más dudas.
En cualquier caso, y para aseguraros de que estáis comprando el producto correcto, sabed que los productos que hablan de vitamina C “pura”. están hablando del ácido ascórbico, su principal fuente. Ojo que sus concentraciones habituales oscilan entre un 5 y un 30%, por lo que cualquier promesa por encima de esto es pura fantasía.
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