¡Hasta nunca, 2018!
Me decía mi prima el otro día que no le gustan los años pares, porque suelen ser malos en general. No me había parado a reflexionarlo hasta que, preparando este post, eché la vista atrás a mis resúmenes anuales... y resulta que es verdad.
Me adelanto a hacer el resumen del año un día 30 porque mañana es lunes y hay tradiciones que cumplir... seguro que sabéis perdonarme.
2018 ha sido el peor año de mi vida sin duda. Con el ingreso de Papá en el hospital allá por el 12 de enero, todo ha sido agotador, intenso, estresante, y otro montón de palabras y términos sinónimos que no quiero ni escribir. Ha sido una PRUEBA con mayúsculas y en tantos aspectos, que no sabría ni por dónde empezar, y que todavía continúa. También una experiencia extremadamente reveladora, y que me ha hecho crecer y darme cuenta de que no es hasta que te ocurren cosas como éstas que realmente eres consciente de lo fuerte que puedes llegar a ser.
Con todo, y porque decidí el año pasado buscar las cosas buenas de todas las situaciones, tengo muchas cosas por las que dar las gracias este año. Me ha ayudado sin duda seguir escribiendo mi diario de cosas buenas cada noche, que he rellenado en un 95%...
Para empezar, tengo que dar las gracias a la gente que contra viento y marea se ha quedado a nuestro lado. A los que estaban y se quedaron, los que no esperábamos, y a toda la gente nueva que se ha hecho un hueco enorme en nuestro corazón. Tengo palabras especiales para algunos amigos queridos, que han estado en la cercanía y en la distancia, que han aguantado mis lágrimas y han buscado mi risa. Habéis hecho este año un poco menos difícil, y eso no se paga con dinero. Sabéis quiénes sois, porque os lo he dicho, pero una vez más, GRACIAS.
Todo el equipo de la UCP del Gregorio Marañón, del primero al último, se merece un gracias propio. Porque nos cuidan con cariño y paciencia infinitos. Por sujetarnos en las caídas, y por convertir en una rutina terrible en una carrera de fondo con coche de apoyo. Nos sacáis la sonrisa en los peores momentos, y cuidáis de lo más preciado que es la salud. Decir "gracias" es quedarse cortísimo. Nos habéis acogido como a 3 más, y eso ha hecho todo este camino más fácil de recorrer.
Yo no le había puesto nombre, pero mi amiga M. que es muy lista para estas cosas, lo llamó el otro día "No bullshit attitude" y creo que describe a la perfección mi reciente intención de hacer sólo lo que me gusta - o siempre que pueda - y dejarme de tonterías. Lo malo pa fuera y hacer sólo cosas que me aporten. En esta línea...
- He asistido a varios festivales musicales, en los que yo nunca me hubiera visto, y que salpimentaron mi verano (el año que viene continuaremos en esta línea... ya tengo entradas para conciertos de aquí a Junio)
- He conocido Llanes, y prometido repetir (con traje típico incluído, según L., no se te vaya a olvidar)
- Por fin he disfrutado de la lavanda de Brihuega, después de tanto tiempo deseando ir...
- He recuperado mi amor intenso por la lectura, sobrepasando mi objetivo anual (o eso dice Goodreads, un gran descubrimiento de este año)
- He vivido una noche de fuegos artificiales mágica junto al mar.
- He disfrutado pintando como una loca y sin parar (y pretendo seguir, si el tiempo lo permite)
- Por fin, después de muchos años espiando a la gente en el Retiro, he aprendido a patinar. Es una de las cosas que más satisfacciones me ha dado la segunda mitad del año.
Y a todos los que os habéis marchado por la puerta de atrás, gracias también, por hacerme más fuerte, por ayudarme a entender muchas cosas. Por empujarme a mejorar. Por hacer hueco a mejores energías. No os guardo rencor, porque ya he dicho que tiro para fuera todo lo malo, pero sí que os digo adiós.
A una amiga le llevo diciendo meses que a las 00.00 del 1 de enero me iba a duchar con una botella de champagne e iba a tirar el 2018 por la ventana. No sé si me ducharé con espumoso, pero por Dios que me lo voy a beber. El 2018 la patada se la lleva. Ciao, adiós, hasta nunca.
El 2019 será más y mejor. Tiene que serlo.
2019, sólo te pido salud, porque todo lo demás viene detrás.
Gracias siempre a todos por leerme, y gracias por estar al otro lado.
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