Lleva tus vaqueros a trabajar
Ahora que me he cambiado de trabajo hace poco, una de las preguntas que siempre salta a la palestra es ¿Se puede llevar vaquero a la oficina? Aunque en general depende un poco de si trabajas en un lugar en el que haya que ir bien vestido sí o sí – formal, quiero decir – lo cierto es que siempre se puede encontrar la forma de llevarlos al trabajo ¿Quieres saber cómo?
Vamos con unas simples claves:
1. Escoge vaqueros de lavados más oscuros
Yo diría que ésta es la regla más universal de todas, sobre todo si trabajas en un ambiente más conservador. Se ve limpio, se ve más profesional. Nada de rotos… salvo que trabajes en una empresa de ámbito más creativo, los rotos no.
2. Combina tus vaqueros con piezas más clásicas
Una bonita camisa de seda en tonos pastel, por ejemplo, puede dar a tus vaqueros un aspecto mucho más femenino. La camisa blanca, de la que hablamos la semana pasada, es también una combinación perfecta.
3. Lleva tus vaqueros con tacones
Yo ésta me la salto a la torera… jajaja ¡las reglas están para romperlas! Pero lo cierto es que tiene mucho sentido. No me canso de repetiros siempre que la clave está en el equilibrio, el contraste. Si los vaqueros son la prenda de fin de semana por excelencia, combinarlos con un buen tacón básico, elegante, son el contraste perfecto a su informalidad. Y quedan de muerte, para qué vamos a engañarnos.
4. ¿De la camisa vaquero no hablamos?
Claro que sí. Porque la camisa vaquera es también trasladable a la oficina con, por ejemplo, pantalones más arreglados. Con el negro casa divinamente, por ejemplo. ¿y por qué no combinarlas con una falda de tubo sencilla y clásica? Otra combinación ganadora.
5. Los vaqueros, siempre mejor con una americana
Otra de las reglas fundamentales, por eso la he dejado para el final. Para un look más clásico, azul marino, negra o blanca. Yo, de hecho, este verano he invertido en una azul y en otra blanca… de las negras tengo tantas, que ni lo menciono ¡y las uso todas!
Si puedes permitirte el lujo de arriesgar un poquito más, los colores pastel pueden ser un buen aliado. El verde menta, por ejemplo, queda genial siempre.
¿Qué os parece? Con estas reglas básicas acertaréis seguro.
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