Inspiración Deco: Un ático encantador
Mi amiga trabaja en una empresa... pero su hobbie siempre ha sido la decoración. De igual forma que a mí se me iluminaban los ojos hablando de moda en nuestros desayunos compartidos cuando trabajábamos juntas, a ella se la iluminaban hablando de telas, muebles y distribuciones de espacio.
Un día se hizo bloggera... y no han parado de lloverle visitas y éxitos compartiendo su pasión (su blog - Deco&Living - es súper recomendable para todas aquellas que quieran consejos de decoración, recomendaciones culinarias o ideas Deco-DIY), entre ellos, una mención en la revista Mi Casa.
Como veis en el plano, la casa no es muy grande, pero gracias a una buena pintura blanca y a las ventanas, y a una decoración sencilla pero con mucho gusto, la casa gana en amplitud y es super luminosa.
Uno de los grandes atractivos de la casa, es la espléndida terraza, que como en el resto de estancias, obtiene su personalidad de la multitud de detalles eclécticos que, con un desorden muy planificado, la llenan de color y resaltan sobre las paredes blancas.
Fijaros por ejemplo en el salón comedor, con una mesita hecha a partir de un palet (manualidad familiar), mezclada con un sencillo sofá y cojines de inspiración étnica en tono pastel...
... que se mezclan a la perfección con un mueble auxiliar de madera y unas sillas de tono industrial en acero, que dan continuidad al metal de la máquina de escribir y los colores del cuadro cómic.
En el resto de la casa, siguen predominando los colores pastel como el turquesa de la cocina (dándole un tono distinto y moderno) o el dormitorio principal, donde además seguimos mezclando detalles muy distintos que, sin embargo, lejos de chocar, dotan de personalidad al espacio.
Otro de mis puntos favoritos de la casa es la habitación de su hija... muy de niña pero sin ser ñoña, ideal con el papel pintado de arbolitos y con los Vinilos de Nicolasito, que ya os presentara en este post.
Como veis, una casa sencilla pero que, sin embargo, está llena de personalidad.... vamos, que ya sé a quién voy a preguntar (y explotar un poquito también) cuando me mude de casa.
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