Despedidas y Cicerones
¿Que tendrán los mails de despedida que empujan a sus escritores a hacer alocadas confesiones y volcar sentimientos “escondidos”?
No sé ni siquiera si es una enfermedad de la ofi. No tengo una experiencia laboral tan larga como para probar mi teoría… pero algo debe de tener esta empresa para que la gente que se marche se despida con mensajes llenos de anécdotas divertidas, apelativos cariñosos y cantidad de detalles que sacan los colores a más de uno al recibirlo (en el mejor de los sentidos)… a mí me ha pasado 2 veces en cosa de un mes.
Primero fue I. que nos dejó para marcharse a vender levaduras y gelatinas, y cuya despedida fue más que emotiva. Además de aquel saludo especial a nosotros, sus compañeros de departamento, con un críptico “a los Inteligentes, los gatos y los locos de trade” que a más de uno costó descifrar*, tuvo a bien sacar del armario un Club de fans que llevaba mucho tiempo sobreviviendo en el secreto y la oscuridad, y del que públicamente me hizo cargo. Los colores me salieron aquella vez porque aún sin haber leído el mail, muchos pocos entendidos en materia del Club me felicitaban con algo de sorna y picardía. Allá ellos. Aquella confesión ha generado otras inesperadas confesiones que me han llenado de orgullo.
La segunda ha ocurrido esta misma mañana. En mitad de una sesión de fotos de mano de Yo Dona que versaba sobre las nuevas oficinas, cuando me encontraba posando entre cachondeos y comentarios varios por mi atuendo más fashion que el de la media, a una de las Doñas, viendo de quién era el mensaje de despedida, no se le ha ocurrido mejor cosa que leerlo en voz alta. Justo después de las despedidas a los miembros de su departamento, R. ha tenido el detalle de mencionarme en primer lugar de su lista de outsiders: “Fuera de mi departamento dar las gracias a muchos muchos, pero en especial a Agnes por ser una especie de cicerone para mi,”.Ni que decir tiene que me he puesto roja como un tomate. Por lo inesperado de la mención, y lo inoportuno del momento.
He de confesar que al principio no lo he entendido muy bien, y lo malo es que hasta dentro de algunos días no tendré oportunidad de preguntárselo in person al susodicho. Pero tomando la iniciativa, he buscado el término en el diccionario, y me he encontrado con una más que agradable sorpresa:
Cicerone es un término antiguo para definir a un guía de turismo, alguien que dirige a turistas y visitantes por museos, galerías y similares, explicándoles aspectos de interés arqueológico, histórico o artístico. Se cree que la palabra proviene de la facundia y el tipo de enseñanza practicados por Marcus Tullius Cicero, Cicerón.
A pesar del aspecto italiano de la palabra, el New English Dictionary encuentra ejemplos de su uso antes en inglés que en italiano, siendo la cita más antigua de la que se dispone el Dialogue on Medals (Diálogo sobre medallas) de Joseph Addison, publicado póstumamente en 1726. Parece que la palabra se utilizó en primer lugar para describir a anticuarios con conocimientos que mostraban y explicaban a los foráneos las antigüedades y curiosidades del país (según la definición del New English Dictionary de 1762).
Es lo que tiene, R., compartir agendas y sitios de interés, tiendas curiosas... gracias, desde el corazón. Todavía recuerdo el primer día que te acercaste a mí para decirme que conocías a un conocido mío, y le habías dicho algo así como "¿Agnes?… sí, que la conozco, es la chica rubia de catman” cuando soy morena (las mechas juegan a veces malas pasadas y después de aquella frase, fui corriendo a quitármelas) Se te echará de menos, pues de sobra sabes que ya no queda nadie “de nuestra quinta”. Suerte que estoy segura que seguiremos en contacto.
*Los de Business Intelillence, los de Catman y los de Trade.
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