Visados...
Esta mañana me he ido más contenta que unas castañuelas a primera hora de la mañana a sacarme el visado. El tema es que se me ha acabado complicando la mañana bastante... al menos al principio.
Mi primera decepción: Surprise, surprise, el metro no estaba tan cerca del destino como parecía en el mapa. Total, que ha sido media hora de metro, más 3 paradas de bus, más 15 minutos caminando. Todo lo que había ganado madrugando, por el desagüe.
Segunda decepción: creyendo que abrían a las 9 lo del visado, mi llegada a las 8:30 me descubre una cola que llega 2 números más allá de mi destino. Fenomenal... pienso para mí lo difícil que va a ser llegar a mi destino a una hora lo suficientemente decente como para que no me chupe toda la mañana allí, saltándome por completo el curro.
Tercera decepción: No abren hasta las 9:30, y no a las 9, como yo pensaba. Miro de nuevo la cola, suspiro profundamente, y me preparo para lo inevitable: No me saco el visado ni de coña. De pronto, una nube traidora se posa sobre el sol... y a la porra el pobre calorcito que nos amainaba la espera. De ésta, cojo una pulmonía seguro...
Pero bueno. Como siempre, hago de tripas corazón, saco mi libro de turno (Gossip Girl... I know, I know... don't say a word) y me preparo para la espera. De pronto, a las 9:30 sharp, ligero revuelo. En menos que lo estoy contando, la cola avanza rápida hacia nuestro destino, y en menos de 15 minutos he llegado a la ventanilla, entregado los papeles, y estoy en un taxi de vuelta a la ofi.
Estos chinos... qué organización.
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Mi primera decepción: Surprise, surprise, el metro no estaba tan cerca del destino como parecía en el mapa. Total, que ha sido media hora de metro, más 3 paradas de bus, más 15 minutos caminando. Todo lo que había ganado madrugando, por el desagüe.
Segunda decepción: creyendo que abrían a las 9 lo del visado, mi llegada a las 8:30 me descubre una cola que llega 2 números más allá de mi destino. Fenomenal... pienso para mí lo difícil que va a ser llegar a mi destino a una hora lo suficientemente decente como para que no me chupe toda la mañana allí, saltándome por completo el curro.
Tercera decepción: No abren hasta las 9:30, y no a las 9, como yo pensaba. Miro de nuevo la cola, suspiro profundamente, y me preparo para lo inevitable: No me saco el visado ni de coña. De pronto, una nube traidora se posa sobre el sol... y a la porra el pobre calorcito que nos amainaba la espera. De ésta, cojo una pulmonía seguro...
Pero bueno. Como siempre, hago de tripas corazón, saco mi libro de turno (Gossip Girl... I know, I know... don't say a word) y me preparo para la espera. De pronto, a las 9:30 sharp, ligero revuelo. En menos que lo estoy contando, la cola avanza rápida hacia nuestro destino, y en menos de 15 minutos he llegado a la ventanilla, entregado los papeles, y estoy en un taxi de vuelta a la ofi.
Estos chinos... qué organización.
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