Larga noche de sábado...

Llevo un par de días viviendo como en una nube. Por primera vez en mi vida he empezado a olvidarme del "qué dirán" y he mudado la piel bajo la etiqueta de niña buena para, por fin, dejarme salir. Nunca me he sentido tan libre, tan despreocupada. Y es una sensación deliciosa.

Ayer, hoy, más bien, entraba por la puerta de mi casa a las 6 de la mañana. Por fin. Después de semanas deseando que los planes se alargaran, que las promesas se cumplieran y saliéramos a saco; esta noche, por fin y de la manera más improvisada, mis sueños se han cumplido. No entiendo cómo es tan difícil, como lo estaba siendo al menos para algunos, lo de salir hasta tarde. Somos twenty-sthgs, por favor!!! No una panda de yayus. Gracias a Pantène, por celebrar su cumpleaños. Por invitarme, por sacarme a quemar Madrid. Por una noche tan fantabulosa. Nena. repetimos seguro!!

Y es que, primero fuimos a cenar a un sitio bueno, bonito y barato. Rustika, en mi archiconocida calle del Limón (¿Cuántas veces huí contigo al café Mondoccino? Dime. ¿cuántas? Cuántos Trivial, cuantas reuniones Glasnost frente a un capuchino en aquel peculiar rincón alimonado). Un peculiar cambio de imagen a mi rincón de las peyas particular. Parecido al jardín Secreto, sí, pero no igual -siempre ha habido clases-. Compañía sorprendente, pero muy agradable: Mayumaná y el que ahora es chico de los Helados. Un par de acoples más después. Conversación animada, recuerdos compartidos de nuestra época universitaria. ¿Cómo es que parece que fue hace siglos? Comida. y bebida también. Primero fue una botella de lambrusco a pachas con Pantène, luego 2 cocktails de postre con el resto. Y mi ánimo por las nubes. Entre mi nuevo espíritu de libertad, y los Cosmos, una mezcla explosiva, estaba que lo tiraba.

Terminadas las copas, rozando las 2, a un bar un par de calles más abajo. Peña un poco rara, pero una primera copa es una primera copa (en mi caso, la tercera) y había que hacer tiempo para juntarnos a otro grupo que andaba ya danzando por las oscuras calles de Madrid. Decidido el meeting point, sólo quedaba el traslado. Caminando, caminando, hasta el nuevo garito. Un sitio atestado de gente en las traseras de San bernardo, con un remix de gente digno de resaltar, pero una música fantástica. Y como que lo dimos todo. Todo. todo. Éxtasis total con la canción Pirata "Años 80", que simplemente me vuelve loca. A Mayumaná y a mí nos tiró tropecientas fotos una desconocida que, de seguro, acabarán rulando por ese infame mundo que es Tuenti. No problem... lo pasé tan bien, que me daba igual todo.

La noche para mí acabó, más que nada porque nos echaron del garito. La falta de licencias, que ya se sabe, hace estragos. Caminando, caminando, me cogí un taxi y llegué a casa, pletórica. Una noche sensacional.
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