La boda de mi novia

Anoche, a pesar de que en un principio mis planes para la típica tarde de viernes eran: siesta en el sofá, remoloneo en el sofá, y luego, cama; acabé por convencer a la Inminente Opositora para ir al cine, liberarla de sus tensiones examinatorias, y pasar un buen rato con un típica peli romanticona y de niñas. Luego nos fuimos de tapeo... lo dicho, noche tranquila y perfecta.

Nos fuimos al cine de al lado de nuestras respectivas casas (más cerca de la suya que de la mía, obviously) a ver "La Boda de mi novia" último largometraje del fabulosísimo y guapisísimo Patrick Dempsey, a quien no llaman por nada Dr. Macizo.

La peli es cantidad de entrtenida. Typically-girlie, pero bueno, nosotras ya sabíamos a lo que íbamos. El argumento, bastante simple: Tom (Patrick Dempsey) es un hombre de éxito que lleva una buena vida y sabe que siempre puede contar con Hannah (Michelle Monaghan), su encantadora mejor amiga y la única que es una constante en su vida. De hecho, son tan encantadores juntos, tan ideales, que parecen una pareja, aunque realmente no lo sean (o nos quedaríamos sin película).

Es la situación perfecta hasta que Hannah se marcha a Escocia en un viaje de negocios por seis semanas… y Tom descubre asombrado, cuan vacía es su vida sin ella. Decide entonces, que cuando Hannah regrese de su viaje, le propondrá que se case con él, pero anonadado se entera de que ella se ha prometido con un escocés guapo y rico y que piensa vivir con él en Escocia. Cuando Hannah le pide a Tom que sea su “dama” de honor, él de mala gana acepta cumplir el papel… pero sólo para intentar conquistarla e interrumpir la boda antes de que sea demasiado tarde. Tendriáis que ver a Tom y a sus amigos gritando en la sauna: "¡¿Qué vamos a hacer?!" "¡¡¡Robarle a la novia!!!"... os juro que es tronchante.

La peli también tiene sus momentos emotivos, e incluso la Inminente Opositora y una servidora nos vimos obiligadas (gustosamente) a echar alguna que otra lagrimita. La escena junto al lago escocés, el album de fotos, las palabras de Tom en algunas escenas... son muy gonitas, en serio. Nueva York sigue siendo esa ciudad fantabulosa con la que soñar, y Patrick... Patrick es con quien soñarse en ella, jajajaja.


En fin... que vamos a dejarlo, porque si tuviera que ponerme aquí a enumerar las razones por las cuales el Sr. Dempsey es adorable both en el papel, como en su persona... como que no acabaríamos. Os juro que el hombre es tremendo y cada vez que le veo en alguna peli, por absurda que esta sea, me gusta más.

Dicho lo cual, si queréis disfrutar de una agradable tarde con una entretenida película típicamente de niñas, id a verla.

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