Y por fin llegó la reunión...

Que tanto llevaba esperando. Esa en la que por fin China deja de ser un plan, para ser un hecho. Esa reunión en la que por fin tocas el viaje con los dedos, en la que todo parece materializarse y ocupar su lugar.

Aprovechando que me habían dado permiso at work para tomarme la mañana libre, me personifiqué en IKK algo más temprano de los estrictamente necesario para rememorar viejos tiempos, y cultivar amistades y contactos, que nunca se sabe. Me paseé por decanato, repartí algunos cereales, y me eché cantidad de risas.

Luego recogí al coordinador del viaje, friend of mine, y nos fuimos para la reunión. Mucho menos multitudinaria que aquella a la que asistí hace ya más de un año para mi viaje a NY... bien es cierto que en esta sólo nos congregaban a los de Washington y China. Como siempre, presentaciones y advertencias generales, y luego la separacón... los de China nos fuimos a otro aula a hablar de más concretos menesteres. Me sorprendieron muchas cosas: la primera y más cauticadora, mucha más gente senior de lo que esperaba. Sinónimo de mayor seriedad en las charlas, que redundará en un mayor aprendizaje. No podría estar más contenta. La segunda: que no debemos comprar ciertas cosas (como electrónica) en el continente chino, y otro sinfin de detalles de los que tomé buena nota en mi cuaderno de viaje.

Después, comidita con el departamento de Relaciones Internacionales, con Mari Cruz (a quien curiosamente había visto horas antes en la zona de Goya), A. y otro de los del Friki Club, hablando de más cosas de China. Una comida tremendamente agradable y llena de interrupciones de gente a la que solía frecuentar en aquellos tiempos universitarios que parecen hoy de otro siglo, cuando fueron sólo hace un año.
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