Artisteando...
Me he convertido en artista por un día… otra vez. Y lo mejor de todo es que parece ser que desde el principio pensaron en mí, por aquello de la poca vergüenza. Me estoy creando una fama de aúpa.
La verdad… en parte no les quito razón, porque me encanta, para qué vamos a negarlo. Lo que pasa es que luego no me creen cuando digo que para otras cosas no soy tan abierta… y eso tampoco puede negarse, por mucho que la peña se obceque en lo contrario. Todo lo que sea hacer preguntas en público, voluntarios para salir a escena, y esas cosas, no problem. Cualquier otra cosa, ya hablamos de harina de otro costal, y es cuando me pueden las vergüenzas.
En fin, lo dicho, que he vuelto a ser actriz por un día. Esta vez, de un cortometraje para la ofi. Para la convención, ni más ni menos, porque ya puestos… ¿por qué no va a verme toda la empresa (uséase, España y Portugal)? Jajajaja, menudo espectáculo vamos a dar… hasta he puesto caras en el video. Mucho más, por ahora, no puedo desvelar… más que nada porque he jurado guardar secreto de confesión. Sólo diré que es una parodia de un programa muy cachondo, adaptado a la empresa… ya os contaré, porque reírnos, nos vamos a reír un rato.
A ver si me hago con él, y tal, aunque sólo sea de recuerdo, que con estas cosas, pasado el tiempo, una siempre se ríe...
Por cierto que ayer abrieron los de promociones un mercadillo en la ofi. Es lo que tiene andar sobrados de lotes, que el producto se caduca pasando el rato en el almacén. Así pues, se abrió la veda, y se colocaron los boxes de lotes promocionales en un pasillo para que el resto de compañeros, cual aves de rapiña, acabaran con las sobras. Yo tuve suerte, y como les vi, me hice con el mío antes de que mandaran el anuncio via mail.
Vaaaale... lo confieso.
El mío no, los míos, porque me hice con varios: 4 toallas de Shrek para mis 4 sobrinos, y un par de lotes con botes de galletas. Me costó esconderlos bajo mi mesa... un porrillo, como podéis imaginar. Casi parecía aquello una trinchera. Menos mal que esta tarde han ido a buscarme, porque no me imagino otro día como el de hoy, comprimidas las piernas bajo la mesa con toda la paquetería almacenada. Ahora, eso sí... como hoy he visto que han sobrado, lo mismo mañana pillo un par de lotes de botes más, que luego quedas la mar de bien repartiéndolos entre los familiares y amigos...
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La verdad… en parte no les quito razón, porque me encanta, para qué vamos a negarlo. Lo que pasa es que luego no me creen cuando digo que para otras cosas no soy tan abierta… y eso tampoco puede negarse, por mucho que la peña se obceque en lo contrario. Todo lo que sea hacer preguntas en público, voluntarios para salir a escena, y esas cosas, no problem. Cualquier otra cosa, ya hablamos de harina de otro costal, y es cuando me pueden las vergüenzas.
En fin, lo dicho, que he vuelto a ser actriz por un día. Esta vez, de un cortometraje para la ofi. Para la convención, ni más ni menos, porque ya puestos… ¿por qué no va a verme toda la empresa (uséase, España y Portugal)? Jajajaja, menudo espectáculo vamos a dar… hasta he puesto caras en el video. Mucho más, por ahora, no puedo desvelar… más que nada porque he jurado guardar secreto de confesión. Sólo diré que es una parodia de un programa muy cachondo, adaptado a la empresa… ya os contaré, porque reírnos, nos vamos a reír un rato.
A ver si me hago con él, y tal, aunque sólo sea de recuerdo, que con estas cosas, pasado el tiempo, una siempre se ríe...
Por cierto que ayer abrieron los de promociones un mercadillo en la ofi. Es lo que tiene andar sobrados de lotes, que el producto se caduca pasando el rato en el almacén. Así pues, se abrió la veda, y se colocaron los boxes de lotes promocionales en un pasillo para que el resto de compañeros, cual aves de rapiña, acabaran con las sobras. Yo tuve suerte, y como les vi, me hice con el mío antes de que mandaran el anuncio via mail.
Vaaaale... lo confieso.
El mío no, los míos, porque me hice con varios: 4 toallas de Shrek para mis 4 sobrinos, y un par de lotes con botes de galletas. Me costó esconderlos bajo mi mesa... un porrillo, como podéis imaginar. Casi parecía aquello una trinchera. Menos mal que esta tarde han ido a buscarme, porque no me imagino otro día como el de hoy, comprimidas las piernas bajo la mesa con toda la paquetería almacenada. Ahora, eso sí... como hoy he visto que han sobrado, lo mismo mañana pillo un par de lotes de botes más, que luego quedas la mar de bien repartiéndolos entre los familiares y amigos...
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