Empieza la guerra. La mía, se entiende...
Aún cuando intentas olvidarlo, el mundo conspira contra ti para recordártelo. Yo confieso. Estoy, soy, y lo que es peor, me siento soltera. Y hoy es uno de esos días en los que me siento… solterísima. Se casa Sidi , que tiene la misma edad que yo. Miento, un año menos. No me sorprende, ya lo dejó caer durante algún café allá por los años universitarios. Ella y su media naranja, Fran, llevan juntos desde los anales de la Historia. Pero que de todas formas impacta… de eso no hay duda. Me alegro por ella, muchísimo. Es una chica dulce como la que más, y se merece ser feliz. Así se lo he hecho saber en mi sms (método elegido para la comunicación, hay que ver cómo es la sociedad de hoy en día), que ha tardado en llegarle exactamente el tiempo que he tardado en leer el suyo, y escribir el mío. Yo en cambio, como siempre, ni hablar puedo de medias naranjas ¡no tengo ni medio pomelo para acompañarme! Ya lo estoy viendo: me vestiré con dignidad e iré al encuentro de esas caras de