Y así, sin más, el otoño.
¿Cómo?
¿Cuándo?
¡Pero si ni siquiera hice el cambio de armario primavera-verano!
Es totalmente verídico. Y agobiante al mismo tiempo. El lío monumental que hay ahora mismo en mi armario es impresionante. Pashminas para el frío conviven en los estantes con alpargatas, algunos jerseys de invierno, camisas de manga larga, mucho lino y camisetas de tirantes. Y es que yo normalmente guardo en cajas la ropa de una estación para hacer sitio a la de otra. Pero este año, naranjas de la China. Para cuando me di cuenta de que era verano, las montañas de apuntes se acumulaban en mi mesa y los exámenes estaban a la vuelta de la esquina… con lo que lo de perder el tiempo moviendo ropa, nada. Luego llegó la Reválida y con ella, mi viaje a Nueva York. Entonces, mucha de la ropa de verano pasó de la caja del armario a la maleta, para a la vuelta de las Américas, pasar por la lavadora y volver a la maleta para irme a Marbella.
Así pues, el batiburrillo que hay en mi armario es el que es. Y no puedo evitar suspirar con hastío al ver el estado en el que todo se encuentra colocado.
No sé por qué, pero intuyo que el viernes me va a tocar pasarme un buen rato poniendo orden en cabeza y armario…
Es totalmente verídico. Y agobiante al mismo tiempo. El lío monumental que hay ahora mismo en mi armario es impresionante. Pashminas para el frío conviven en los estantes con alpargatas, algunos jerseys de invierno, camisas de manga larga, mucho lino y camisetas de tirantes. Y es que yo normalmente guardo en cajas la ropa de una estación para hacer sitio a la de otra. Pero este año, naranjas de la China. Para cuando me di cuenta de que era verano, las montañas de apuntes se acumulaban en mi mesa y los exámenes estaban a la vuelta de la esquina… con lo que lo de perder el tiempo moviendo ropa, nada. Luego llegó la Reválida y con ella, mi viaje a Nueva York. Entonces, mucha de la ropa de verano pasó de la caja del armario a la maleta, para a la vuelta de las Américas, pasar por la lavadora y volver a la maleta para irme a Marbella.
Así pues, el batiburrillo que hay en mi armario es el que es. Y no puedo evitar suspirar con hastío al ver el estado en el que todo se encuentra colocado.
No sé por qué, pero intuyo que el viernes me va a tocar pasarme un buen rato poniendo orden en cabeza y armario…
Comentarios
Hablando de la llegada del otoño... de momento, yo me enfrento a ella con la ropa de verano, sin nada de entretiempo (hace siglos que no tengo nada de eso) y con la ropa de invierno en Asturias porque no cabía en la maleta cuando me vine. Tengo que negociar con mis progenitores el envío del abrigo y esas cosas.
Besotes gordotes y chocolateados