A very busy week...

Esta semana viene cargadita, con que me disculpo por adelantado por la irregularidad en la publicación… habrá post, y diario, pero no garantizo cuándo pueda bajar a ordenadores a colgarlo. Chequear, empero, porque ya digo que cada día tendrá su resumen… esta semana hay charlas de empresas de finanzas y es cuando aprovecho para escribir el blog, siquiera en papel, para luego pasarlo aquí.

Esta mañana me acordé de mi querido Al… Uno de los chicos de aquí que me encontré en el ascensor necesitaba ayuda con los gemelos, que gustosa le di. Minutos más tarde se me acercó preguntándome si por casualidad no sabía hacer nudos de corbata. Sonreí para mí y le contesté que claro. Mientras le ayudaba a colocársela y le arreglaba el cuello me acordé de ti, Al… aunque tú sigues siendo mi niño preferido.

La primera visita de hoy era al Consulado Español en NY. Me puse especialmente mona (parecía toda una executive glamorosa neoyorquina toda de negro y con transparencias) porque iba de enchufada; y es que el Cónsul es un buen amigo de mi tía La Protocolaria. Me senté en primera fila y el buen hombre no paró de mirarme en toda la charla… cuando acabó y por fin me presenté, me dijo que llevaba todo el rato sospechando que era yo, pues me parecía mucho a mi tía. Misma sonrisa, mismos ojos… y yo tan contenta. Besos de JM, tía, me dijo que eras un encanto y se hizo un par de fotos conmigo para que las vieras.

De camino a la resi, como teníamos algo de tiempo y estábamos por la zona, nos quedamos por la 5ª avenida para visitar la FAO y la Apple Store. En la primera me volví loca con los peluches ¡¡tienen toneladas!!, la zona del archifamoso piano gigante de suelo… pero donde casi me da un telele de la emoción es en la zona que tienen dedicada a Harry Potter. Jesús… tienen hasta los nombres reales de las tiendas del libro. Me hice fotos con los sombreros, las bufandas de las casas… vamos, como una niña. ¡¡Fue tan divertido!! Si no me llevé una varita es porque a estas alturas del curso no puedo permitirme el lujo de llevarme una a 35 dólares…

A la salida del imperio del juguete, una grandísimo cubo de metacrilato con una manzana blanca da la bienvenida al paseante a la Apple Store. Decir que es impresionante es quedarse corto. A través de unas escaleras de cristal flotantes o un ascensor también de cristal, te sumerges por completo en el mundo Apple, y es absolutamente genial porque hay de todo, y todo se puede probar: ordenadores, ipods, complementos, macs, el Iphone… una cosa increíble. Yo marché de allí con una fundita para mi animalillo, y tan contenta, porque hasta la bolsa que me dieron es mona.

Después de una comidita relajada por fin, tuvimos una mini charla sobre cómo hacer CV para las américas, muy interesante y enriquecedora… tengo bastante material con el que trabajar y del que tomar ejemplo.

Después, y tras una breve incursión en ordenadores en la que me use al día con mis admiradores (mami, en serio, que papá te explique cómo funciona lo de facebook porque así no puede ser), marchamos unos cuantos a un concierto de gospel que había en Brookling. Experiencia muy interesante en muchos aspectos: primero, porque éramos los únicos 11 blancos en kilómetros a la redonda; segundo, porque a pesar de ir en un grupo de españoles que se hacía notar como tal (gracias, chupipandi, por cantar a voz en grito canciones españolas en un barrio tan fantástico), unos señores decidieron que yo no, que yo era brasileña; tercero, porque a pesar de ser un concierto gratuito en un parque, nos cachearon a la entrada y nos prohibieron meter las cámaras (dos chicas que se volvieron se las trajeron a la resi) y cuarto, porque ir a un concierto de gospel es una cosa genial en sí. Ya sabéis: entre la música animada, los cantos y las palmas… es muy difícil no dejarse contagiar. El caso es que como el barrio no era muy bueno y se nos hacía tarde, nos marchamos pronto. La culpa fue del presentador, que retrasó el comienzo del concierto casi 40 minutos con un rezo en el que repitió más de 30 veces “Praise the Lord” y “Bless” a casi todos los allí presentes, incluído el canal meteorológico y todos los que habían rezado por el buen tiempo.

Como no era demasiado tarde, los 11 allí presentes nos convencimos los unos a los otros par ir a cenar juntos al Hard Rock de Times Square. El tema es que como íbamos 11, pues como que nos tocaba esperar 45 minutos para la mesa y andábamos con pocas ganas de esperar (sobre todo Sandra, que como está embarazada sufre hambre por dos), así que los 8 más impacientes nos fuimos unas calles más abajo al restaurante de Bubba Gump. Sí, sí… el restaurante del amigo de Forrest Gump, el chaval del labio gordo y las mil y 7 formas de hacer gambas… es un restaurante genial, decorado con cientos de cosas de la peli: decorados, fotografías, vestuario… y por supuesto el menú, que está formado por gambas en un 90%. Decir que lo pasamos la mar de bien sería quedarse muy muy corto… de verdad que es un sitio que hay que visitar. Os dejo el link por si queréis echarle un vistazo: http://www.bubbagump.com/

Y ahora os dejo, ¿sí? Que mañana tengo que madrugar.

Son las 12:10 hora local, y acabamos de bajarnos andando desde Times Square, que por la noche es impresionante con las luces. No me creo que esté aquí, in NY.