Descanso post vacacional....

Coger carrerilla, casi en cualquier ámbito, es malo, malo. Coges la costumbre de no hacer algo y… bueno, luego no veáis lo que cuesta reengancharse. Algo así me ha pasado a mí en estos últimos tiempos con mi blog, situación que encima se vio tremendamente agraviada por las vacaciones de Semana Santa, pues allí donde voy no tengo Internet.

Lo que realmente me preocupa es haber perdido definitivamente a los pocos lectores que me visitaban (Matthew, espero que sigas por aquí…) pero bueno, las cosas son como son, ya os reengancharé.

Las vacaciones, muy bien. Mucho descanso y grandísima recuperación de sueño, que falta me hacía (allí duermo como una bendita). Poco, poquísimo sol del de calidad (pero el suficiente para ponerme un día en la terraza a pillar lo que fuera posible), eso sí, bastante fresquito. A quien se le diga la Semana Santa que hemos tenido, este año, con lluvia en toda España menos en Galicia… se desternilla. También fui al cine a ver 300 (aviso a navegantes: quien vaya a ver una alegoría de drama histórico tipo Gladiador, que se busque otra, porque ésta le sonará a disparate. No me entendáis mal, la peli no es mala del todo, entretenida, incluso. Pero tiene algunas cosas… bueno, digamos que no me extraña que los iraquíes se hayan quejado de la imagen de Drac Queen bañada en oro que le han puesto a uno de sus héroes…).

Otros entretenimientos: pescaíto frito, paellita y mercadillos varios -he pillado una de cosas bonitas… sobre todo unos pendientes vintage que son la pera-. Nuestra lógica visita a Gibraltar tuvo también su repercusión en mi armario: colonia de la mía, chocolates varios (mmmmmmmmmmmmmmmm), y unas Rayban clásicas, de las de piloto, para triunfar como la que más – por cierto que me quedan divinas y parezco una agente del FBI con ellas… jajajajaja -.

Pero más cosuleas, que hay mucho que contar después de tan larga ausencia. El martes JR tuvo a bien invitarnos a Belle y a mí a comer al restaurante del Bernabéu. Además de pasar un excelente rato en la mejor de las compañías, la comida despertó gratos recuerdos en mi persona al encontrarse nuestra mesa muy cercana a mi long lost abono del Madrid… ¡¡qué tardes aquellas de fútbol!! ¡Qué emoción! Ese gusanillo que te recorre el cuerpo al cantar los goles de tu equipo junto a otros miles de personas… no tiene precio *suspiro de resignación*

¡¡ Por cierto!! Tras la repentina muerte sin explicación de mi querido móvil durante las 7 horas de vuelta desde Marbella, unida a la hartura general de mi persona porque no lo oía sonar, el lunes fui con mi amado progenitor a cambiar nuestros puntos por uno nuevo, resultando en la adquisición de la belleza que véis en imagen. Sencillo, pequeño y muy elegante, como además trae USB puedo ponerle música descargada del ordenador así como imágenes… encantada de la vida, como diría Conchita Velasco – qué mal que me cae la pobre, por cierto, a pesar de su más que asombroso parecido con mi protocolaria tía- .

Bueno, ayer por la tarde me he pasado por la consulta de mi querido Charly para que le echara un vistazo a mis ojitos. Además de decirme que estoy fantástica y recuperando visión, hemos pasado un rato la mar de divertido con el ataque de risa floja que nos ha dado a mí y a su sobrina Isabelita, médico también… tardamos 10 minutos en que se nos pasara la tontería…

Pero más, y más. MUCHÍSIMAS FELICIDADES A BARBIE AVIACIÓN, que ha aprobado la oposición a controladora aérea en los últimos días, y andaba la pobre henchida de gozo y más contenta que unas castañuelas. ¡Se acabó el estrés, nena! Enhorabuena de nuevo.

Bueno, ya hora, tras todas las historias medianamente interesantes, las frivolidades y tolonterías varias que ocupan los ratos libres de mi vida y que, como todo lo demás, son parte de mi perzona humana, por muy tontos o absurdos que parezcan.

Menudas se las gastan los guionistas de Bea… llevamos unos días de total y absoluta revolución. Los muy cacho perros se nos despidieron antes de semana santa con la primera noche de racatanga de Bea y Don Álvaro (que yo me perdí, pero que ya he visto tras recuperarlo en esa bendición que es youtube) y, tras el parón vacacional, está la cosa que arde. Quienes pensábamos que Bea era una mosquita muerta, nos equivocábamos de pleno. Para ser inexperta en temas del amol, la tía se lo ha montado de cine, ¡¡es una loba!!. Quienes pensaran también, a pesar de que todos conocemos el deselace, que Álvaro no caería nunca… también se equivocaron. En cualquiera de los casos, los últimos capítulos me han dejado totalmente fuera de onda. Qué fuerte, qué fuerte…

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