Bueno, pues esto es lo que hay...
Así que… bueno, pues esto es lo que hay.
Llevo 2 días intentando levantarme temprano… ayer me dormí, no escuché el despertador y no llegué a clase por la mañana. Un desastre.
Esta mañana me ha pasado más o menos igual, sólo que esta vez sí que he oído el despertador, pero no me ha dado la gana levantarme.
Y es que, hay temporadas en las que no puedo, no puedo. Necesito el descanso… y todo se convierte en una espiral sin sentido, porque sé, SÉ que tengo que levantarme… pero no quiero. Y eso es malo, muy malo.
De mañana no pasará. Espero.
Al menos ya tengo organizados todos los apuntes en preciosos montones, que pronto encuadernaré, y a los que esta semana misma empezaré a atacar con el primer paso del estudio: el subrayado.
¡¡A por ellos!!
Llevo unos días tirando currículos por la red. El hecho de que ahora haya que rellenarlos en las diferentes webs de las empresas es un verdadero engorro, porque te tiras 1 hora por solicitud… y eso es miserable, porque pierdes un tiempo precioso. Peeeero, tengo que hacerlo si pretendo hacer algo con mi vida en un futuro no muy lejano. Al menos tengo una lista, y un programa… ahora sólo queda esperar, lo cual es en sí un rollo, porque saltas cuando suena el teléfono.
Hablando de lo cual… ODIO, simplemente DETESTO que te llamen de números privados, sobre todo en esta época de solicitudes de trabajo, porque si te pasa como a mí esta mañana, y no llegas a cogerlo, y tampoco dejan mensajes en el contestador, de pronto surgen un millón de dudas absurdas que te comen la cabeza: ¿quién era? ¿sería para ofrecerme trabajo? ¿Por qué no han dejado mensaje? Y la peor, peor de todas… si era de trabajo… ¿volverán a llamar?
No os he contado lo que hicimos este último finde, que fue bastante completito y la mar de fenomenal – sutil cambio de tema para no amargarme el resto de la mañana -. El viernes… nada. A pesar de los intentos de Phenomene, la verdad es que el improvisado plan no sailó adelante más que nada porque es una tarea hercúlea mover a la gente en apenas 2 horas. Pero bueno.
El sábado sí que hicimos algo. Cenita en el nuevo local de los chicos de “El Jardín secreto”, copas después. El restaurante, beyond fabulous, qué queréis que os diga… buena relación calidad-precio y una decoración fantástica por zonas. Lástima que nos tocara en el fondo del océano, y no en la zona india o egipcia… pero bueno, meter a 7 personas en un sitio tan pequeño es lo que tiene.
Las copas… de cine. Fuimos a la zona de Martínez Campos, donde recuperamos a Phenomene, que había cambiado la cena con nosotros por un compromiso ineludible anterior. Si os cuento que acabamos cantando las sintonías de los dibujos animados con el taxista que nos desplazó hasta allí, os hacéis una idea de la juerga que llevábamos encima (sin una gota de alcohol, que conste, que hay mucho malpensado por la vida). Y la noche siguió igual, con un éxito inesperado por algunos, entre las que me incluyo. Yo llegué alrededor de las
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