Estréssssss...
Jelou evribodi!!!
Pocas cosas que contar, para qué vamos a engañarnos, salvo el hecho de que mi semana de vacaciones se ha convertido en un auténtico estrés que no veas…
Lunes y martes de picos pardos con mis padres, llegué sendos días a las 9 a mi casa después de patearme medio Madrid con ellos los 2 días, y de rebajas, nada menos. No me quejo, empero, que he salido bien parada… zapatos, bolso y diadema. Para una persona como yo, que desayuna revistas de moda, se estaba haciendo unbereable no salir de compras en los últimos tiempos.
Miércoles de estrés informático porque parece ser que el sábado me instalan wifi en casa, formatean el ordenador de mesa y hierbas varias, y hay que hacer discos de rescate. Héte aquí que, encima, he comprado unos CD vírgenes con programa de autograbado que – y aquí viene el estrés – no son compatibles con mi ordenador de mesa, con lo que no sirvió de nada que los comprara y tuve que hacer una visita a los chinos. Los mencionados discos, además, tampoco sirven para grabar música que pueda escucharse en la cadena, con lo que mayor alegría todavía. Parece ser que estos chicos venden cara su virginidad… lo más triste es que compré 25.
Imagine my frustration.
Another dreary week at the office, además. Con mucho agobio por parte de mi jefe, que además de un gusto bajo cero en presentaciones, constriñe mi creatividad, mi opinión, y mi trabajo al respecto. Después de una mañana entera haciéndole una presentación ayer, va y me dice que no le gusta el diseño, cuando se lo había enseñado el día antes antes de irme. A veces, como si de un capítulo de la loca de Ally McBeal se tratara, me imagino a mí misma golpeándole en la cabeza con la planta de la oficina… me tiene jartita el hombre. Y mi jefa, mientras, de vuelta con el estudio de Marruecos. ¿Qué narices la costará, cada vez que añade algo, copiar el formato del párrafo anterior? No, no... es mucho, pero que mucho más divertido utilizar una letra, estilo e interlineado distinto para que luego yo lo tenga que arreglar todo. Como además no me avisa de los cambios, tengo que ir parte a parte del estudio (y son 3, de 100 páginas cada una) y hoja a hoja, comprobándolo todo. Tampoco numera los gráficos, porque para qué... hoy he roto mi bic al moderlo para callarme. ¿Y la Andaluza? la andaluza desternillada, la tía, y no me extraña...
Ayer quedé con Pantene, y lo pasé genial, como siempre. Máxime porque llevábamos, salvo el brevísimo encuentro del lunes, siglos si vernos. Más compras por el centro de Madrid en busca de otro de los picos de estrés de mi semana, los regalos de cumpleaños para Lu, Belle y demás. Por Dios… ¡¡¡qué complicación!!! Para la una no encontré nada y para la otra, nos falló el plan A, suerte que Phenomene y yo llevábamos toda la mañana contemplando planes alternativos que tendré que poner en práctica en algún momento entre hoy y mañana.
Lo que deriva en mi creciente nivel de estrés, porque esta tarde me la voy a pasar con Belle entera comprando el regalo de Lu, y mañana tengo hora de acicalamiento en la pelu, que las raíces se me ven ya a la legua, con lo que el tiempo será, por ponerlo de una manera simple, más que limitado.
También tengo que organizar la quedada de mañana… al menos esta vez he conseguido que todos contesten…
¿Vacaciones?
¿Qué es eso?
No, en serio, disfruto teniendo pequeñas cosas que hacer, es lo que me mantiene viva.
Pocas cosas que contar, para qué vamos a engañarnos, salvo el hecho de que mi semana de vacaciones se ha convertido en un auténtico estrés que no veas…
Lunes y martes de picos pardos con mis padres, llegué sendos días a las 9 a mi casa después de patearme medio Madrid con ellos los 2 días, y de rebajas, nada menos. No me quejo, empero, que he salido bien parada… zapatos, bolso y diadema. Para una persona como yo, que desayuna revistas de moda, se estaba haciendo unbereable no salir de compras en los últimos tiempos.
Miércoles de estrés informático porque parece ser que el sábado me instalan wifi en casa, formatean el ordenador de mesa y hierbas varias, y hay que hacer discos de rescate. Héte aquí que, encima, he comprado unos CD vírgenes con programa de autograbado que – y aquí viene el estrés – no son compatibles con mi ordenador de mesa, con lo que no sirvió de nada que los comprara y tuve que hacer una visita a los chinos. Los mencionados discos, además, tampoco sirven para grabar música que pueda escucharse en la cadena, con lo que mayor alegría todavía. Parece ser que estos chicos venden cara su virginidad… lo más triste es que compré 25.
Imagine my frustration.
Another dreary week at the office, además. Con mucho agobio por parte de mi jefe, que además de un gusto bajo cero en presentaciones, constriñe mi creatividad, mi opinión, y mi trabajo al respecto. Después de una mañana entera haciéndole una presentación ayer, va y me dice que no le gusta el diseño, cuando se lo había enseñado el día antes antes de irme. A veces, como si de un capítulo de la loca de Ally McBeal se tratara, me imagino a mí misma golpeándole en la cabeza con la planta de la oficina… me tiene jartita el hombre. Y mi jefa, mientras, de vuelta con el estudio de Marruecos. ¿Qué narices la costará, cada vez que añade algo, copiar el formato del párrafo anterior? No, no... es mucho, pero que mucho más divertido utilizar una letra, estilo e interlineado distinto para que luego yo lo tenga que arreglar todo. Como además no me avisa de los cambios, tengo que ir parte a parte del estudio (y son 3, de 100 páginas cada una) y hoja a hoja, comprobándolo todo. Tampoco numera los gráficos, porque para qué... hoy he roto mi bic al moderlo para callarme. ¿Y la Andaluza? la andaluza desternillada, la tía, y no me extraña...
Ayer quedé con Pantene, y lo pasé genial, como siempre. Máxime porque llevábamos, salvo el brevísimo encuentro del lunes, siglos si vernos. Más compras por el centro de Madrid en busca de otro de los picos de estrés de mi semana, los regalos de cumpleaños para Lu, Belle y demás. Por Dios… ¡¡¡qué complicación!!! Para la una no encontré nada y para la otra, nos falló el plan A, suerte que Phenomene y yo llevábamos toda la mañana contemplando planes alternativos que tendré que poner en práctica en algún momento entre hoy y mañana.
Lo que deriva en mi creciente nivel de estrés, porque esta tarde me la voy a pasar con Belle entera comprando el regalo de Lu, y mañana tengo hora de acicalamiento en la pelu, que las raíces se me ven ya a la legua, con lo que el tiempo será, por ponerlo de una manera simple, más que limitado.
También tengo que organizar la quedada de mañana… al menos esta vez he conseguido que todos contesten…
¿Vacaciones?
¿Qué es eso?
No, en serio, disfruto teniendo pequeñas cosas que hacer, es lo que me mantiene viva.
Comentarios
Un beso
Tritter es un imbécil integral, tanto o más que House, si me apuras