Devil wears Prada
Aunque el plan era reducido al principio, acabamos por juntarnos 10 (no deja de maravillarme la capacidad de convocatoria de la que gozamos en los últimos tiempos), algo que alegró la tarde, sin duda alguna. EL clan de las cenas al completo más incorporaciones de los últimos días (Macu y Luis) nos fuimos todos juntitos a ver “El Diablo viste de Prada”.
La película es entretenida, de verdad, y la música una de las mejores partes, os lo prometo, junto con ese pedazo de Simon Baker (El Guardían), que tiene a bien demostrar al mundo entero lo que unos centímetros de pelo de más (¡Ay! Esos rizitos…), un vestuario adecuado y unos kilillos extra pueden hacer por un hombre. No encuentro palabras. Sólo suspiro… (os dejo con una de las no mejores fotos, la única que he podido encontrar, por aquello de que para muestra un botón).
Basada en el best-seller de Lauren Weisberger, la insistente voz de Miranda Priestly persigue a Andrea hasta en sueños: ¿An-dre-aaa?, !An-dre-aaa!. ¿Es este el trabajo con el que soñaba al salir de la universidad? ¿Este es el trabajo por el cual tiene que estar agradecida y sentirse tan afortunada porque se trata del trabajo deseado por 1 millón de chicas (entre las que me incluyo)? Si, es la nueva asistente personal de Miranda Priestly, la legendaria editora de la revista femenina más glamurosa de Nueva York. Ella dicta la moda en el mundo entero. Millones de lectoras siguen fielmente sus recomendaciones; sus empleados y colaboradores la consideran un genio; los grandes creadores la temen. Todos, sin excepción, la veneran. Todos, menos Andrea, que no se deja engañar por este escaparate de diseño y frivolidad tras el que se agazapa un diablo que viste un traje de chaqueta de Prada (exclusivo, por supuesto), calza unos Manolo Blahnik (qué envidia…) y siempre luce un pañuelo blanco de Hermès.
Miranda… qué papelón de Meryl Streep. Le pega todo y lo borda. Cruel, despiadada, fría, poderosa y dueña de la rueda que mueve el molino de la moda. Envidio tu armario, querida… Me reí cantidad con tus salidas… “No tienes estilo ni gusto” “Bueno, yo creo que según se mire”, “No, no querida… no era una pregunta” jajajajajajajaja.
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- El estrés de montar una revista así
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Creo que lo habéis captado… ¡Quién fuera Andy para sufrir una transformación así en la famosa habitación de la moda de cualquier revista que se precie! Un lugar con océanos de zapatos, vestidos a la última y kilómetros de complementos… Sí, los de la foto son unos Manolos!!!
Por la noche, elegí una Creperie en la zona de noviciado para cenar, la única donde un sábado a las 4 de la tarde reciben reservas para 10. ¡Y qué exito!
Comentarios
my fav outfit: the final scene where she's wearing plain brown riding boots with jeans and a brown sweater.. very nice :D
kisses!
jan
But all of them were astonishing... shit, I need to ask for a job in VOGUE!!!