Vikings...
Recién llegadas de tierras vikingas (venimos de Roskilde, poblado de larga tradición vikinga en aquestos lares) nos disponemos a contaros gustosas, aunque casi vencidas por el cansancio, nuestras aventurillas del day trip de hoy. Maravilladas las niñas con los servicios ferroviarios de este país (los trenes aquí son un primor de comodidad y modernidad), llegamos a media mañana a Roskilde para conocer aquellas tierras. Lo primero que hicimos (tras disponernos en grupos y organizarnos un poquillo) fue visitar la Catedral de Roskilde, un sitio curioso y lleno de historia. Allí se encuentran enterrados gran parte de la familia real danesa desde tiempo inmemoriales en preciosos sarcófagos impresionantemente decorados (unos en oro, otros en plata, otros en majestuosos mausoleos...). Curiosa es la historia, además, de una de las tumbas que allí se encuentra, la de María Fyodorovna, que por cierto, pronto abandonará Dinamarca. Su tumba es la que se ve en el collage de la izquierda, es la esquina inferior izquierda.
La Princesa María Fyodorovna Marie Sophie Frederikke Dagmar (1847-1928) nació como la segunda hija de Christian IX de Dinamarca y Louise de Hesse. La mayor parte de su vida, la conocerán como María Fyodorovna (en ruso Мария Фёдоровна) nombre que tomó al convertirse a la fe Ortodoxa inmediatamente antes de su matrimonio al futuro Zar Alejandro III. Fue la madre del último Zar ruso Nicolás II de la Dinastía Romanov. A pesar del derrocamiento de la monarquía, la Emperatriz María al principio rechazó dejar Rusia: era 1919, en el impulso de su hermana Alexandra, que ella se marchó de mala gana. Después de una breve visita a Londres, ella volvió a su Dinamarca natal, escogiendo como su casa Hvidøre, su antiguo chalet de vacaciones cerca de Copenhague. Allí ella permaneció hasta su muerte en 1928 cuando fue enterrada en la esta catedral.
En el 2005, los gobiernos de Dinamarca y Rusia convinieron que los restos de la Emperatriz deberían ser devueltos a San Petersburgo, donde ella finalmente será enterrada al lado de su marido querido, setenta y siete años después de su muerte y como ella misma pidió en su testamento. La ceremonia ocurrirá del 23 al 28 de septiembre del 2006, y nos contaron que será bastante emotiva, porque la propia reina de Dinamarca escoltará los restos de su familiar.
Más allá de esta historia deciros que la visita a la catedral merece la pena, tiene unos frescos y una decoración preciosas, como sin duda apreciaréis en el collage que os he colocado más arriba.
El reportaje fotográfico fue extenso, pero como las fotos las tiene Min, pues hasta que no me las pase nada... pero bueno, os dejo, como siempre, con un aperitivo...
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