Ruby Slippers...
Hoy he hecho una compra fascinante... desués de muchos días de búsqueda infructuosa y de decepción total, las encontré. Encontré las bailarinas de purpurina roja. Estoy encantada, qué digo encantada... requetecontenta!!! y eso a pesar de las caras de muchos al verlas... de hecho, me han servido incluso para olvidarme del mosqueo que me pillé con la Cacho PPerra...
Pero al compra de mis bailarinas de purpurina roja tiene su historia. Tras abandonar con alevosía y premeditación con el equipo A la clase de mercados financieros (la Dragona se hacía esperar, más de lo que estuvimos dispuestos a esperar tras los 15 minutos de cortesía) nos encaminamos al mega Zara de la esquina a otear el horizonte. Y de pronto, estaban allí. En la cuarta planta. Esperándome... y sin embargo me estaban grandes (tengo un 35 de pie... una miniatura). Total, que allí se quedaron. El caso es que después de media hora, y con la hora justa para llegar a la siguiente clase, me dije "¡qué diablos, Agnes!" y corrí veloz de nuevo para dejarlas reservadas. Se me había ocurrido que quizás, on unas plantillas... y ¡bingo! fue una feliz idea de las mías. Por la tarde, cuando volví a por ellas (aunque inicialmente etaba previsto que fuera mañana) con las plantillas - que, dicho sea de paso, compré y recorté in situ en el ECI - ¡¡¡me estaba perfectas!!! así que me fui más contenta que unas castañuelas con ellas en una bolsita... mis bailarinas de purpurina roja...
Quizás no sean los chapines de rubíes de la bruja del este, pero desde que he comprado mis rojas zapatillas se me ha pasado por la cabeza darles la magia que necesitan. Yo no utilizaré mis coloradas bailarinas para volver a casa como Dorothy, sino más bien todo lo contrario: chocaré mis "chapines" cuando la situación lo requiera para transportarme al Reino de Oz, caminar por las baldosas amarillas y olvidarme (que no huir, que eso es muy malo) momentáneamente de los problemas que viven por aquí.
Pasado mañana (que ya me he asegurado que hará buen tiempo) las voy a estrenar a lo grande. Ya lo veréis... voy a ser todo sonrisa (algo que suele ocurrirme cuando estreno algo). Con un poquillo de suerte me doten de la suerte suficiente para ver a Mateo (el de verdas de la buena) por al tarde...
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