Curioso...
Hola a todos…
Esta tarde, mientras venía para casa de la universidad, he topado con un detalle curioso. A punto de meterme en una de las garitas de las de esperar al autobús por la calle Génova, me ha llamado la atención algo curioso: un post-it de los amarillos tamaño estándar colocado en el telefonillo de la casa… así que, ni corta ni perezosa, me he acercado al portal en cuestión para descubrir que el post-it no era un anuncio de chica buscando trabajo, como muchos podrían suponer, sino una nota entre vecinitas. Sí, sí, como lo leéis: una nota entre vecinas.
La nota en cuestión (y que he procedido a inmortalizar con el móvil, como podéis ver) rezaba lo siguiente:
Esta tarde, mientras venía para casa de la universidad, he topado con un detalle curioso. A punto de meterme en una de las garitas de las de esperar al autobús por la calle Génova, me ha llamado la atención algo curioso: un post-it de los amarillos tamaño estándar colocado en el telefonillo de la casa… así que, ni corta ni perezosa, me he acercado al portal en cuestión para descubrir que el post-it no era un anuncio de chica buscando trabajo, como muchos podrían suponer, sino una nota entre vecinitas. Sí, sí, como lo leéis: una nota entre vecinas.
La nota en cuestión (y que he procedido a inmortalizar con el móvil, como podéis ver) rezaba lo siguiente:
“Sonsoles:
El Diario de Adán
y Eva mañana a las 20:00
en el Teatro Reina Victoria
¿Te apuntas?
Déjame recado en el 626#
María.”
No podréis negarme que ésta resulta una estampa graciosa… o sea, dejad que me aclare… o Sonso y Mery, nuestras dos protagonistas, pasan de móviles (¿acaso no tendrán saldo para mandarse un mísero mensaje?) y del tremendamente conocido teléfono de casa… o lo que es peor, no son conscientes de que algún vecino, muerto de la envidia por no haber sido invitado al evento con las chicas, pueda llegar a quitar la notita de su ubicación actual, dejando consecuentemente a Sonsoles compuesta y sin teatro… ¡qué dilema, señores! ¡Qué dilema! Estas dos majas… ¿no se han planteado que quizás sea más efectivo pasar una nota por debajo de la puerta? ¿O pegar el post-it de la discordia en la puerta de Sonso? ¿y si Sonso no pasa por casa o no se fija en que la nota del telefonillo es para ella? Porque claro, salvo que sea una práctica habitual de estas dos (lo cual suscita más preguntas todavía, esta vez a cerca de su locura), lo normal es que Sonso no vaya buscando en el telefonillo a ver si, por ventura, algún vecino le ha dejado recado… ¿qué pasa con la archiconocida Radio Patio? ¿Que ya no se estila? Son tantos los interrogantes…
Pantène o Belle, queridas… a partir de ahora os dejaré un post-it pegado en el respaldo de la silla donde os soléis sentar en clase con los planes o recados… estad atentas… quizás acabéis sentadas sobre una importante cita. Quedáis avisadas…
Comentarios
Decirte que a mi también me sorprendió ver el post-it en el portal de mi hermana en Cardenal Cisneros, pero al girarme y ver que habia uno en cada portal, fui consciente de que era una acción de marketing, comunmente llamado de guerrilla. Barato, cercano, de la calle... pero efectivo. Tengo el post-it pegado en mi mesa de la oficina... curioso, verdad? Si no hubiera ido ya a ver esa obra de teatro antes, seguramente, al ver la nota, me hubiese animado... Suerte!