Oh my bag!
Este año los Reyes se han esmerado – he debido de ser buenísima - y además de cositas que necesitaba, me han traído una originalidad muy práctica: un bolso convertible. Os enseño la foto, que os va a llamar la atención seguro.
Pero… ¿Convertible cómo? Pues muy sencillo: intercambiando sus partes. Se llama O-BAG y bajo el lema “create & accesorize” pretende convertirse en el accesorio it de la temporada.
Empecemos por lo básico: el bolso en sí. Hecho de caucho, el bolso puede encontrarse en 2 tamaños diferentes, con al menos 20 opciones de color entre las que poder elegir. El mío es el grande (Normal O-bag), pero aunque parezca pesado, una de las cosas que más me llamó la atención era precisamente que a pesar de que lo llevo lleno de cosas, es increíblemente ligero. El pequeño (Velvet o-Bag) es unos 4 dedos de alto más bajito, aunque en las fotos veréis mejor la diferencia entre ambos.
Una tercera opción es la variable veraniega del bolso (beach O-bag), que cuenta con dos agujeros en los laterales donde insertar nuestra esterilla o toalla (que yo lo veo una opción ideal para llevar mi esterilla de yoga) ¡practiquísimo!
Una de las cosas que a mí más me obsesiona y me tira para atrás a la hora de comprar un bolso, es que no pueda cerrarse. Los neverfull están fenomenal pero, francamente, los veo como un atractivo para los ladronzuelos, así que me encantó ver que entre los accesorios, los O-Bag cuentan con lonetas interiores con las que organizar y cerrar el bolso. Las hay en diferentes tonos neutros (negro, beige y crudo) y cuentan con compartimentos interiores para poder dividir la carga y guardar las cosas más pequeñas.
Un bolso sin asas es como un día sin pan, y eso lo saben en O-bags. Por eso ofrecen una amplia gama de posibilidades con las que personalizar tu bolso: en negro, marrón, beige, blanco o charol, también puedes escoger el largo en que las prefieres: rollo shopping bag (colgado al hombro), de mano (más cortas) y tipo bandolera, aunque a mí me encandiló la que será mi siguiente compra: el asa de cuerda para prepararme para el verano.
Muy bien. Ya tenemos lo que sería el bolso clásico en marcha (armado, en un periquete, ya veréis más abajo). ¿Queréis llevar la personalización a su modo máximo? Entonces toca jugar con los rebordes… aquí sí que ya es para volverse loco: telas, piel sintética, piel natural, lana, lisos estampados… ¿con cuál os quedáis? Ya veis que las posibilidades son infinitas…
Bueno bueno bueno… ¿y hay que ser ingeniero para montarlo? ¡nada de eso! Una vez tienes todos los ingredientes de tu receta, el montaje te lleva apenas 5 minutos: Si tiene funda (interior y/o exterior), se colocan en su sitio lo primero, se colocan las asas después y se aprietan las pesillas y… ¡a lucirlo a la calle! Este sencillo gráfico lo explica fenomenal, y yo doy fe de que es tan fácil como parece:
Montaje de las asas |
Y ahora, la parte interesante: ¿dónde encontrarlo? Su página web (bajo la marca OClock) está bastante bien… pero mi recomendación es tocarlo y verlo en el directo, porque así es como yo acabé por enamorarme.
Si te ha encantado todo lo que este bolso puede ofrecer y vives en Madrid, puedes pasarte por el distribuidor oficial de O’Clock en Madrid (Spazio O’Clock. En la calle Serrano 81, esquina con General Oraa), donde además encontrarás a sus dueñas – un par de encantadoras expertas – que te ayudarán a sacarle todo el partido.
Las imágenes pertenecen a Spazio OClock, a su web Oficial y a esta otra web
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