-30%

Que una de tus tiendas de cabecera ofrezca durante tiempo limitado a clientes habituales un 30% de descuento es una de esas ocasiones que una fashion addicta como yo, de presupuesto a ajustado, no puede rechazar. Así que, aprovechando que Mango nos invitaba a mí y a mi +1 elegido a dicho descuento, hice unas poquiñas de compras...

Like I need an excuse, anyway.

El caso es que una, que es muy lista, se personificó en la tienda el día anterior (para evitar aglomeraciones), e hizo una inspección de reconocimiento para ver, seleccionar, elegir, probar y reservar los modelitos que posteriormente compraría, en cuanto el descuento fuera dado de alta al día siguiente. Que una es una profesional...por favor. La duda ofende.

El caso es que cuando esta tarde he ido a recoger mi reserva, un ideal vestido estampado en negro, cuello redondo, sin mangas y lazo bajo el pecho (muy al estilo de la señorita Hepburn), me he llevado la tremenda sorpresa de que no podía utilizar el descuento, pues el susodicho era de la temporada de otoño. Like that was going to stop me...

Lo sé... es ideal

Recibida la información y tomada la decisión de quedarme con el modelito (es lo que tiene ser una fashion addict adelantada a su tiempo... que además de adelantarse a las temporadas, donde pone el ojo pone la compra), ni corta ni perezosa me he vuelto, y me he encaminado hacia la muchedumbre embravecida por las compras para apoderarme de un item de mi larga lista de segundas opciones. ¿El resultado? compra de un top verde turquesa, con tirante con volantito y suelta bajo el escote imperio (que tan de moda está este año, y a todas nos tiene pareciendo embarazadas), que con mis pantalones beige estoy segura que causará sensación en Oriente y Occidente. Que hay que pensar en todo...

Pero ahí no acabó la cosa... ya que mi madre se dignó a pasarse por allí (para ver si pillaba algo, la muy pillastre), y lamentablemente, nada encontró para echarse a la saca, mi lista de compricuelinas pasó a engrosarse con una fabulosa camisa sin mangas azul con lunarcillos blancos y escote imperio. Ya en la cola la estaba visualizando con mis nuevos pantalones blancos (que compré hace un par de meses, en aquel diminuto veranillo de San Miguel que resultó tremenda farsa)... un modelo perfecto.

No hay nada mejor que ir de compras... hace maravillas con el humor de una.

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