Asfixia...

Hoy ha sido uno de esos días en que mi altura ha constituido un verdadero problema… son las desventajas de viajar en metro en hora punta, con una huelga de los autobuses municipales en marcha, y ser un poco tapón. Resulta que a mitad de viaje, embutidos como estábamos todos en el vagón (yo en la puerta, dudando seriamente de la localización de mis pies), se ha subido un maromo de cuadradas espaldas y cerca de 2m de altura, vestido en una chaqueta de cuero que apestaba a tabacazo negro. Ha sido terrible. Durante los primeros segundos creí que me iba a ahogar, o en su defecto, sufrir un ataque de claustrofobia. Gracias a dios, esa parte racional de mí que sale a reducir en situaciones de crisis, no me ha fallado tampoco esta vez, y con un par de segundos de auto convencerme de que debía aguantar, he pasado el tirón. Pero prometo que ha sido horrible… entre el agobio por la presión de la gente, que no tenía alternativa de dónde mirar, y ése espantoso olor penetrante que desprendía la chaqueta… Pero todo ha pasado… y ha sido de las veces que menos he tardado en salir de un vagón de metro.

En otro orden de cosas (parece la expresión de la semana), he recibido un mail de mi apañero de Friki Comité que me ha congratulado mucho. 2 mails, para ser exactos. Su publicación marcha viento en popa a toda vela, y parece que los autores del número estén cumpliendo plazos. Nada me alegra más, que ver que la menos, nosotros avanzamos. Si mi boletín avanzara al mismo ritmo… jolín, sería la repanocha. Pero en fin, las cosas son como son, y esta vez me toca esperar. Mientras, leeré su propuesta (que tiene una pinta estupenda) y la criticaré con mala saña, jajajajaja, como en los tiempos del Mundo G. Ya he avisado al chaval, y parece encantado con la idea… pobre, jajajajaja.


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