Recomendaciones de Agnes: Dray Martina


Dray Martina es otro de esos sitios a los que he podido ir gracias a las virtudes de Agosto, aunque lo descubriera muchos meses atrás. Fui con mi amiga Martina… a la que tras mi descubrimiento prometí que iríamos cuando volviera a España… y así hicimos, que las promesas son para cumplirlas.


Nuevamente un rinconcito cuco en uno de los barrios más in de Madrid, las Salesas, con ventanales que le dan un aire muy abierto al local. La decoración, entre rústica y moderna y amenizada con multitud de velas (al menos por la noche) van a la perfección con el barrio. Me encantaron las vajillas eclécticas… me recordaban a las cosas que suelen tener en Anthropologie (y ya sabéis lo que me encanta) con sus peces y sus formas divertidas… un punto distinto.


Nosotras, ya que íbamos a cenar, no pedimos mucha comida, pero nos gustaron mucho nuestras elecciones. Las raciones están muy bien y se pueden compartir, lo cual es de agradecer De aperitivo nos inclinamos por las alcachofas con salsa de mango, y nos gustó mucho comprobar cómo eran alcachofas de las de verdad, no de las de bote. Un detalle que no en todos sitios se estila. 


De platos principales mi amiga pidió la coca de tomate seco, mientras que yo me incliné por los raviolis de calabaza… ambas buenas raciones y muy ricas, por su aspecto absolutamente casero. Mientras que la coca parecía salida del horno de cualquier zona rural, mis raviolis, con su sabor suave y sus buenas piezas de vieras y gambones estaban suaves y deliciosos.


No podíamos irnos de allí sin probar los postres… ¡una muy grata sorpresa! Tanto por el sabor, como por las raciones… que eran enormes. Confieso que no sé cómo mi amiga consiguió acabarse el tiramisú con todo lo que habíamos comido… o yo mi enorme tarta de limón, supongo que ayudó el hecho de que estaban buenísimos.


La relación calidad precio es buena, sobre todo por lo que os digo de los ingredientes se ven naturales (tanto las alcachofas, como el marisco de mis raviolis), aunque si tuviéramos que ponerle alguna pega, sería sin duda que el servicio es un poco lento. Casi tuvimos que hacer señales de humo a mitad de comida para que por fin nos trajeran el agua… pero por lo demás salimos muy satisfechas del restaurante.

Como podéis ver… otra buena recomendación surgida de una noche de verano.


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