DIY Navideño: Decora una mesa de forma original

Hola a todos,

¿qué tal habéis pasado estas fiestas? imagino que bien, en compañía de familia y amigos, como ha sido mi caso. Siempre es un placer poder disfrutar de noches y días así en compañía de los tuyos... a mí particularmente me encanta.

Como es tradición en mi familia, cada año montamos la mesa de Noche buena de una manera original y distinta, para no repetir siempre la misma combinación de vajilla y mantel año tras año. En esta ocasión, tenía claro que quería alejarme del clásico rojo, y escogí en cambio el marrón para que fuera el color principal de la mesa. Quise una inspiración de un bosque para decorar.

Los materiales, casi todos reciclados. Bastante gastamos estos días como para añadir la decoración a la lista...

El mantel marrón es una loneta barata que compramos en Atocha, nada complicado ni caro. Lo que realmente le dio el toque fue el centro de mesa, para el que sólo compramos unos trocitos de madera, fundamentales para conseguir el efecto bosque del que os hablaba... vienen en bolsitas de 1Kg y los compramos en el Decorequib.

Como centro de la mesa, cogí una estructura de aluminio pintado con vasitos que tenemos desde hace siglos en casa y rellené los tarritos de cristal que la forman con brotes de pino (que guardamos de cuando tiramos el anterior árbol de Navidad y normalmente usamos para rematar los Belenes) y unas piñas pintadas de oro y plata que guardamos de una manualidad de hace varios años. Coroné la estructura con una vela en forma de bola, para que no quedara muy alta.

Rodeando la estructura central, puse unas cuantas bolas de navidad de tamaño mediano en tonos plateados (lisas, con estrellas, transparentes...) para darle un punto de fantasía. Entre medias, más piñas y brotes y algunos de los tronquitos de los que os hablaba antes.

Para alargar el centro y dar color a la mesa, hice un pequeño camino con los troncos de madera. Sobre ellos, 3 piñas a cada lado en tono dorado. El punto de luz lo dimos con unas estrellas de tela y unas piedrecitas azuladas que rescatamos de años anteriores, así como unas hojas. Le daba algo de movimiento, un toque de color y movimiento al centro.

Los bajo platos que escogimos, ya que predominaba el color plateado, fueron de plata, y la vajilla, blanca. La cristalería (sobre la que hubo un poco de discordia entre mi madre y yo por el color) yo la quise verde, por aquello de continuar con la temática de bosque que quería dar a la mesa. 

El toque final fueron los cubiertos. Los metí en unas bolsitas de rafia que coloqué sobre los platos y las servilletas (también en marrón). Abiertos en forma de abanico, para reforzar el tono plateado y que destacaran más. Pero el detalle más significativo fue que a cada comensal le colocamos un tronquito de madera con su nombre. Un pequeño souvenir ue muchos decidieron llevarse a casa.

No sé si pasará en vuestra casa, pero en la mía cada vez somos más y eso hace imposible que quepamos todos en la mesa, así que tuvimos que colocar a los más pequeños en una mesita cerca. Para que no tuvieran un trato distinto, ideamos una versión más sencilla para su mesa, para que se sintieran también especiales. Éste fue el resultado:

Como podéis ver, es tremendamente fácil montar una mesa especial de forma económica y con cosas recicladas. Sólo hay que ponerle un poquito de imaginación. Espero que os haya gustado.

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