Postales típicas desde Frankfurt

Una vez que habéis visto esta mañana las postales más atípicas de mi visita a Frankfurt de este fin de semana pasado, creo que es de recibo rendir homenaje a las vistas más clásicas, y preciosas, de la ciudad.

Una de las mejores formas de ver las dos caras de Frankfurt (la moderna y la clásica europea) es pasear por las orillas del río Mein, que da nombre a la ciudad.


He de confesar que a mí me va mucho más la parte antigua, por aquello de que las edificaciones parecen salidas de cuentos de hadas.



Las estatuas tienen siempre un romanticismo increíble cuando están nevadas, así que fue una suerte que hubiera nevado los días de antes a mi visita.


La Catedral, escondida entre edificaciones modernas, es sencilla pero muy bonita. De ladrillo descubierto, es de ésas que cambian de color según la luz y el tiempo, lo que la hace muy especial.

 

Un contraste muy interesante respecto a otro de los edificios más emblemáticos de la ciudad.


Como os decía antes, es una ciudad de contraste, y tan pronto ves edificios que nos recuerdan al esplendoroso pasado europeo de grandes edificaciones de aspecto palaciego, como tuerces, sin cambiar de sitio, y te encuentras con los esqueletos de acero y cristal que componen un skyline modernista.


La plaza donde está el ayuntamiento, es plenamente germánica con sus edificios de colores rematados a contraste y tejados en pico... sin duda mi plaza favorita de la ciudad.




Y otra de las zonas con más encanto peculiar, nuevamente por los contrastes, es la plaza donde se encuentra el BCE, que comparte vistas con la ópera... una auténtica maravilla de la arquitectura clásica.

Comentarios

Carla Rodriguez Vargas ha dicho que…
Definitivamente parecen edificios de cuentos de hadas, son preciosas!
Que suerte de poder viajar por esos lados, yo estoy un poco lejos, en Perù

Entradas populares de este blog

Recomendaciones de Agnes: “La Canción de Aquiles” y “Circe” de Madeline Miller

Lunes de los 5 Sentidos 733

Recomendaciones de Agnes: malas Mujeres de Maria Hesse