Postales atípicas desde Frankfurt


La bienvenida a Frankfurt estuvo plagada de nieve


De carteles que anuncian tiendas bonitas por fuera...
... y más aún por dentro


En una ciudad en la que pasan frío hasta los batidos...


(y prueba de ello son las estalactitas en los tejados)


... cuesta pensar que alguien abandone sus botas en la calle.


 Parece que la tradición de amarrar deseos de amor a los puentes se extiende por el mundo... me sorprendió muchísimo las diferentes tipologías de candados, cada vez más sofisticados y de todos los colores.


Como me sorprendió también este edificio que alberga un centro comercial, y cuyo "agujero" se retuerce desde fuera hasta dentro decorando tanto el exterior como el interior.


Puede que amanezca gris, claree el tono a mediodía y se ponga de tono gris oscuro el cielo de Frankfurt, pero sus cafeterías están llenas de color.


Puedes encontrarte a improvisados toreros invernales...


... e incluso a Yogui acechando su merienda


En definitiva, una ciudad llena de contrastes interesantes 


En la que incluso te puedes encontrar con un pedacito de la misma Francia al torcer una esquina



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