Y la lágrima se convirtió en joya

Ya os dije el otro día que a pesar de haber estado en “sequía emprendedora” tenía dos proyectos interesantes y muy diferentes entre sí que presentaros. El primero de ellos lo conocisteis el otro día, y al parecer, tuvo bastante éxito… así que espero que repitamos la historia con este otro que, además, podría ser complementario.

Si el otro día Street35 nos traía moda de diseño sencillo y alta calidad, hoy con Lágrimas Negras nos embarcamos en el mundo de la joyería y los complementos que se pusieron en contacto conmigo a través de un ex - compañero de trabajo. 

Los emprendedores de hoy se llaman Lágrimas Negras, y su valiente proyecto es una firma joven madrileña avalada por una gran tradición joyera familiar que se remonta a 1970. Cuando les pregunté qué les llevó a arrancar, lo tuvieron muy claro: la crisis. Me encanta ver como cada día más emprendedores responden así ante la misma pregunta, porque prueba que que los momentos difíciles están plagados de oportunidades. 

Para Lágrimas Negras, fue el empujón que necesitaron para buscar un producto más económico, decidiéndose por fusionar metales utilizando la plata como base y dándole unos matices de oro, de tal manera que el precio se redujera pero sin perder esa esencia sofisticada que tenían sus piezas de oro. Así es como nació su primera colección para la firma, Night.

Desde entonces, no han dejado de trabajar, creando diferentes colecciones muy distintas para las que se inspiran en todo lo que les rodea: desde la naturaleza (que dio lugar a la colección Animal Print), su pasión por viajar, o la propia moda.

Desde luego las piezas ponen de manifiesto mucha ilusión por evolucionar y crear un universo polivalente que se adapte a todo tipo de mujeres, así como un enorme detalle y trabajo proveniente de su herencia orfebre. Como en tantos otros ejemplos, la tradición evoluciona y se moderniza de la mano de jóvenes diseñadores con ganas de trabajar y salir adelante.

Mi colección favorita es Be Stone... los pendientes granates son una auténtica maravilla, sencillos, elegantes y muy ponibles... Aunque como veis, hay piezas para todos los gustos. Seguro que Cavalli moriría por los diseños de pint animal, y la colección Bronce tiene piezas más juveniles que encajan perefctamente con looks más desenfadados. No sé... ¿cuál preferís vosotros?

Aprovecho para deciros que si tenéis un proyecto como éstos y os apetece colaborar, no dudéis en poneros en contacto conmigo a través del correo que facilito a la derecha, o a través de Facebook.