¿De dónde vienen las tendencias?

En España, a pesar de la creatividad, no se ha avanzado mucho en términos de moda. Nos hemos dedicado más a subvencionar pasarelas antes que crear marcas de estilo de vida (lifestyle brands) sólidas.” 



Así empezaba Jaume Rambla, director creativo Springfield y responsable nuevos proyectos (fragancias, cosmética, nuevos accesorios) su ponencia el viernes en clase de Planificación, sin duda unas palabras contundentes pero que ponen de manifiesto la cruda realidad: la moda española se conoce más por su retailers (Zara, Mango…) que por sus creadores (con honrosas excepciones).


Para Jaume, con amplia experiencia internacional, las tendencias son cambios en los gustos colectivos de la sociedad. Aunque haya gente que crea que no importan, como Custo (cuyas creaciones se basan en el diseño gráfico aplicado a los tejidos y se rige por normas ajenas a las modas); hay otros agentes en el mercado que trabajan para él y viven de ellas, como es el caso de Springfield.

Las tendencias tienen unos orígenes un tanto dispersos. Quizás uno de los más claros sean las “movidas sociales”. Pongamos un ejemplo: ¿Por qué desde los años 90 el vaquero ha resurgido convirtiéndose en un must absoluto? La respuesta es sencilla. Siendo una prenda fantástica, las generaciones de los 90 ya se lo habían visto llevar a sus padres, por lo que se convertía en una prenda del todo a descartar. Sin embargo, con retoques, los rotos y los adornos volvieron a convertirse en una prenda aceptable.

¿Por qué todo velve? Porque m ha habido recientemente ningún movimiento capaz de movilizar el mercado del gran consumo como lo hiciera el prèt à porter, por ejemplo.
Las celebrities son también iconos de las tendencias. Lo que llevan tal o cual se convierte de pronto en una necesidad para el mundo. Y no tienen por qué ser sólo actrices… no creo que haga falta recordar todo el movimiento estético masculino que se puso en marcha gracias, entre otros, a David Bekham, o a la revolución que constituye una persona como Madona, que todo lo que toca lo convierte en tendencia.

Los blogs son un movimiento relativamente reciente que se ha hecho su pequeño gran hueco en este mundillo. En cierto modo, según Jaume, han venido a sustituir a los coolhunters.
Ya más estrictamente dentro de la industria de la moda en sí, las ferias (sobre todo las de tejidos, que en cierta medida determinan la posibilidad real de materialización de los diseños, el componente táctil es fundamental en la moda) o el periodismo, juegan un papel fundamental en origen y distribución respectivamente. Si no habéis tenido la posibilidad aún, os recomiendo que veáis “The September Issue”. Hay un fragmento en el que Ana Wintour se sienta con los principales distribuidores de moda a escuchar sus peticiones y expresarles sus preocupaciones, explicándoles como había conseguido que Prada cambiara los tejidos de los abrigos de su colección porque los originales creía que eran demasiado pesados para llevar y colgar en las perchas, y que nunca se llevarían.

Pero sin duda alguna, el punto clave de la innovación son las pasarelas… y si no, recordad los fantásticos y nuevos tejidos que el desaparecido McQueen presentó en estampado digital, no recuerdo en qué colección.

La moda y el mercado son capaces de fagocitar todos estos ingredientes con una velocidad pasmosa y devolverlos hechos tendencia. Dos factores que también contribuyen a esta rapidez y porosidad de las tendencias han sido el fenómeno denominado “democratización de la moda” e internet.

Y es precisamente a estos dos movimientos, que han participado con su granito de arena en la globalización a los que se los critica con desmesura por haber, dicen, matado a la originalidad. Sin embargo, ¿no estamos precisamente ahora viviendo en una época de vuelta a la necesidad de ser diferentes? ¿no han potenciado esta necesidad de encontrar cosas originales para alejarnos del resto del “rebaño”?

Otro movimiento a tener en cuenta además de los dos anteriores es la revitalización de las llamadas “marcas heritage” que viene un poco a contestar las preguntas planteadas. Se busca re-editar prendas de estas marcas para cultivar de nuevo la diferenciación. Es, como hemos dicho, una reacción a la globalización, una búsqueda de la autenticidad. Seguramente, decía Jaume, es una reacción también contra las mega brands. Se traduce en pequeñas marcas que se rebelan contra la uniformidad del gusto impuesto por las grandes marcas. Tienen la capacidad de innovar en detalles que las distinguen del resto.

La innovación, por tanto, las nuevas tendencias, pueden venir tanto de las grandes propuestas como de los pequeños detalles: modernizar hechuras antiguas, utilizar tejidos clásicos con cortes modernos… dos ejemplos son el tras paso del color índigo (típicamente vaquero) a otros tejidos, o el relanzamiento del estilo Ivy League (las chaquetas de punto, los escudos, las corbatas…) y si no que se lo digan a Gossip Girl.

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Comentarios

Martina ha dicho que…
Que interesante Ines! Gracias por compartirlo :)

Martina
Unknown ha dicho que…
Muy interesante
Gracias por compartirlo
Unknown ha dicho que…
Muy interesante
Gracias por compartirlo
Miss Cross ha dicho que…
Gracias por tus comentarios Cecilia, me alegro que te haya resultado interesante

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