London Girl X. Mayfair y St. James Park

Con la marcha de Sad Eyes, comienza una nueva semana, y con ella, un nuevo curso: Marketing in the Fashion Magazine Business. El profesor es un gay redomado, estilista de profesión, amante de la moda, algo irónico, tremendamente divertido y con un peculiar parecido a ex - director de revista, ex-amigo… Ex, ex, ex…

Anyway.

La clase empieza bien, y por las apariencias, pronto me doy cuenta de que me va a gustar más que el otro… no sólo nos dará clase este buen señor, sino que nos traerá a amigos suyos de la profesión, algo que resulta estimulante y alentador, porque tienes la oportunidad de preguntar a expertos en los distintos campos sobre sus responsabilidades. Empezamos con un glosario de términos que a mí me resulta endiabladamente útil, por lo del sueño de trabajar en una revista de moda y tal, y seguimos adelante. Deja caer el tema del proyecto para el fin de la semana… En clase conozco a La Periodista, una chicuela simpática y desgarbada con la que hago migas en seguida, y a oteras tantas chicas. Me sorprende encontrar a una gran concentración de rusas, bielorrusas y ucranas en la clase (la Fashionista del curso de la semana pasada incluida), una loca cuya carrera en moda comenzó cuando ganó un concurso de diseño para Barbie (tenía 6 años), una azafata australiana…

Por la tarde, después dejar a mi amiga camino al aeropuerto, marcho corriendo a Houses of Parliament para intentar entrar a la visita guiada que sólo tiene lugar en agosto… sin éxito. Hay tanta cola que las entradas son imposibles para hoy. Paciente, hago la cola para comprar entradas para mañana, con la suerte de que La Periodista podrá acompañarme.

Viendo el panorama, y tras una visita rápida a M&S en busca de algo que no encuentro, me encamino con paso firme hacia el barrio de Mayfair. El éxito es rotundo, hace bueno, y da gusto pasear… las casas son impresionantes, con un toque clásico-rancio… de esas que salen en las películas de ladrillo descubierto y que gritan “buena familia”, no puedo evitar suspirar envidiosa.

Pronto mis pasos me llevan a las puertas del Hyde Park, que bordeo hasta tomar Consititution Hill y atravesar los jardines que llegan al Buckinham Palace. Con la tarde tan buena que hace, las fotos del edificio salen preciosas, y no puedo evitar aprovecharme de algún turista para que me tire una foto…

Sigo caminando y me adentro en St. James park. Me habían dicho que era bonito, pero es mucho más. Con su serpenteante río, la puesta de sol, los patos, y las vistas de los War Cabinets y el London Eye al fondo, es un lugar idílico y que me encanta haber descubierto. Pasear por Londres es lo que tiene, que no hay esquina que no te sorprenda, te atraiga.

Y caminito, caminito, hasta Trafalgar Square y de ahí, en bus a casa… que ya no siento ni los pies.

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