Españolas a la milanesa...

Queridos míos… ya estoy de vuelta. Io è ritornato, como dicen por aquellas tierras, y la verdad es que lo he pasado la mar de bien.


Quiero desde aquí, además, lanzar una lanza a favor de Vueling que, a pesar de ser una compañía cutre-low cost, de estar en quiebra, y de no tener una amplia oferta de vuelos; además de barata, es eficiente. Sí, señoras y señores, mis dos vuelos no sólo salieron bien y a su hora, sino que tampoco perdieron las maletas y nos dieron un trato la mar de bueno. Para que luego digan de las grandes compañías… esas, a día de hoy, a mí sólo me han dado problemas.

Pero, a lo que íbamos… Milán. Milán es la ciudad con la mejor campaña de marketing de la historia: sale en las revistas de moda, los famosos hablan de ella, aparece en todas partes… y la verdad es que Milán es la ciudad de las 2 Cs: Comer y comprar. Si no tienes la cuenta bancaria de Vicky Beckham, la primera es la mejor opción para disfrutar. Pasta, pizza y 2 cosas que se les dan de vicio: los gellattos y las tartas. Aviso para apasionados del chocolate: la tarta sacher made en Milán no tiene nada que envidiar a la original y, a falta de turismo, buenas son tartas con que… avisados quedáis.

Ciudad molto piccola (piccolíssima, diría yo), con 4 monumentos pa ver y, eso sí, muchas tiendas sólo aptas para gente entacá: Un Dolce & Gabanna cada 150 metros, un edificio Armani (más sus correspondientes tiendas para sus respectivas mil y una marcas), un Louis Vuitton con cola a la entrada (os lo juro, como si lo regalaran), Hermès, Chanel, Dior, varios cientos de Pradas… las niñas y yo no hacíamos sino preguntarnos de dónde sacaba allí la peña el dinero para financiarse los trapitos y los complementos. No, no os riáis, es que la cosa tiene tela… os prometo que allí todas las quinceañeras iban con un bolso de Louis Vuitton, bueno, nada menos, porque mercadillos tampoco hay. La Señá Leonó se preguntaba preocupada cómo harían allí las madres para cuadrar un presupuesto en caso de 5 churumbeles… porque vistiendo de Armani la cosa no va precisamente de ahorro.

Monumental y culturalmente hablando, poquita cosa. Il Duomo, catedral autóctona (que además estaba en obras), un par de plazas, el castillo de la Sforzesca, las galerías de la plaza del Duomo (que son espectaculares, como podéis ver en la fot de aquí al lado) y el cementerio. Este último, muy grande y glamoroso.

La catedral, muy bonita salvo por lo de las obras. Se puede visitar el tejado y ver las gárgolas y apreciar unas vistas muy bonitas de Milán desde lo alto. El interior es también bastante impresionante, con sus rosetones, y su aspecto gótico… como es tan alta, la verdad es que sobrecoge de lo lindo.

Cosa curiosa, allí no habla inglés ni Cristo. Ni siquiera en el aeropuerto, lo cual no deja de ser sorprendente. ¿Lo mejor? Armarse de paciencia e intentarlo a base de signos, y en español. Si tienes suerte y poca vergüenza como una servidora, puedes incluso intentarlo en italiano. Y puede que hasta te entiendan, como me pasó a mí. Pero en inglés… mejor olvidarlo.

Más curiosidades: ¿Qué se puede hacer en Milano si ya has hecho todo lo anterior? Salir por la noche no, desde luego. Sábado, 22:30: ni clifford por la calle. No hace demasiado frío, con que esa no puede ser la excusa. Pasenado por la Via Vittorio Emmanuele después de cenar, se nos acercan dos italianos llamados por il nostro spagnolo. Después de las cortesías varias y las anécdotas correspondientes de sus visitas a España, la gran pregunta: ¿dónde está la gente en Milán a estas horas? Contestación de Carmensita: Pues como no lo sepáis vosotros…

Todavía no lo sabemos.

Y muchos, después de haber leído esto pensaréis. ¿Para qué fuisteis, entonces, si es poca cosa? Pues sencillamente, porque con gente maja y juventud, la cosa es salir de casa y conocer el mundo. Que luego a uno se le hace tarde, y vienen los arrepentimientos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Cuando arrive a cassa.........de puente como un coheteeeeeeeeeee

Entradas populares de este blog

Recomendaciones de Agnes: “La Canción de Aquiles” y “Circe” de Madeline Miller

Ilustraciones Chez Agnes: Bienvenida primavera

Los broches de Lea Stein