Quién fuera Gisele...

Anoche me fui con la Señá Leo al cine, que la pobre mujer andaba más malita que ni qué en cama y necesitaba una dosis de nuestro médico favorito (con todos los respetos al Dr. Doug Ross, que hizo mucho daño marcándose de urgencias), McDreamy para alegrarse la enfermedad. Así pues, nos fuimos ella y yo a los Príncipe Pío a cenar copiosamente y requetebién primero, y al cine después, a ver la última de Disney… ENCANTADA.

Y encantadas que quedamos nosotras también viendo al glorioso Patrick Demsey en todo su esplendor. Debería estar prohibido ser tan guapo y tan mono… y si encima te visten de príncipe azul, todo elegante y con esos ojos como dos luceros del alba que tiene, pues con muchísima más razón. babeando nos pasamos media peli...

Lo véis... si es que el chiquillo no tiene desperdicio ninguno...

En fin. La película, más divertida que otra cosa. Leo y yo nos reímos como las que más. Es Disney total (con canturreos varios cada 5 minutos, lo que te hace pensar si sus creadores no han pensado nunca en calificarlas de musicales), y lo que es más, un remix de diferentes pelis de la casa. Veáse a la prota, por ejemplo, que en su versión animada tiene el flequi y los ojos de la Sirenita, la boca de Bella y la tolontería de Blancanieves. No tiene precio oírla canturrear (Oioió) llamando a los animalitos para que la ayuden a limpiar… animalitos que en pleno Manhattan pasan a ser una fauna de lo más pintoresca (y desagradable): ratas, palomas y cucarachas; como tampoco lo tiene la forma en que se sienta, o el peaso de pastel de merengue con purpurinas varias que nos lleva nada más aterrizar en el mundo real. Eso sí, la chiquilla es de un apañao que no veáis: dadle unas cortinas y se hará un modelito princesa-like remono e idealísimo.

Del príncipe ya ni hablo… un guaperillas (Cíclope en Xmen) con el guapo subido, más tonto que una castaña y con un complejo de Edipo del dieciséis. Verlo marchar a golpe de espada por Manhattan enfundado en las mallas y esos pololos que lleva por mangas es simplemente desternillante. Corto, como el rabo de un conejo, el pobre… y la mar de cantarín también.

El personaje de la bruja corre a cargo de la maravillosa Susan Sarandon quien, por desgracia, esta vez no está en el mejor de sus papeles. La mujer está avejentada como la que más y para colmo, con ese maquillaje Dracqueen que me lleve, pues el cuadro es de terror absoluto. Mejor hubiera sido que la hubieran dejado de dibujillo animado…


Si queréis reíros, id a verla.

Si queréis ver a McDreamy en todo su esplendor, con mucho más motivo.

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