Exámenes, desastres... suerte que tengo House

El día de ayer fue un poquito bastante desastrosillo. Tenía examen de D. Comercial (que parece ser mi hueso de taba de este año) y… bueno… digamos que no me salió tan bien como esperaba. Para empezar, el examen como tal fue horrible, 4 horas, ni más ni menos. Dos del primer cuatrimestre. Dos del segundo. Y un frío en el aula que no os podéis ni imaginar…

La primera parte (la del segundo cuatrimestre) no me salió del todo mal. Clavé la BCG (al fin y al cabo, la he hecho 2 veces para el trabajo), utilicé mis conocimientos de ITM para contestar a la del test de mercado y divagué bastante sobre la de la elaboración de la estrategia de marketing, que supongo será la que dilapide m
i nota de esta parte del examen. 5 minutos después de acabar éste, tuve el otro, el del primer cuatrimestre. Una vez más, el departamento de marketing de la Santa Casa me sorprende con su incompetencia y ganas de jorobar. ¿A quién se le ocurre hacer 2 exámenes seguidos? ¿Por qué no hacer un examen especial, algo más largo, para los que teníamos 2 partes? Pues no… no. La tortura es algo que se les da extremadamente bien a esta gente de marketing… ¡qué tíos! Para colmo, las preguntas fueron un horror. Un problema práctico de posicionamiento (con 5 marcas, 3 segmentos y 8 atributos… ahí queda eso) el perfil estratégico del entorno (la única pasable) y el ciclo de vida de la marca. No el del producto, sobre el que hay 30 diapositivas, tampoco la edad del producto. El ciclo de vida de la marca… ole sus huevos. Y pensar que me quiero dedicar a esto…

Más cosas.

Es oficial. Me dejo contabilidad para septiembre. Soy humana, tengo limitaciones, y lo reconozco. No soy Super Agnes (aunque a veces lo parezca) y no doy para más. Este periodo de exámenes me está matando y tres exámenes seguidos la semana que viene, uno de ellos de tercera convocatoria, no son accesibles… y punto.

El capítulo de House de este martes ha sido, simplemente, awesome. Resulta que el tío siente… jajajajaja. Un episodio llenito de carga emocional, pero de la buena, de la que se palpa pero los guionistas tienen a bien no plasmar en frases cursilonas y horteras. El capítulo de “Necesito saber” nos enseña a un House en las de siempre, pero por breves instantes, feliz, o con la perspectiva de llegar a serlo, aunque luego lo estropee.

Uno de los mejores capítulos de Wilson, además, que con los días parece ganar fuerza. Amigo de los buenos (la bronca que le echa a Stacy diciendo que deje en paz a House, que ya le tocó recoger los pedazos la última vez, es genial) y de los sinceros también.
El diálogo que mantiene con House al final en la azotea no tuvo desperdicio alguno… grandioso, ya os digo. Directo y al grano.

Y por fortuna para la Humanidad… ¡¡Stacy se marcha!! No voy a creérmelo hasta que deje de aparecer la semana que viene, pero bueno, parece ser que es definitivo. Es un personaje al que detesto, porque juega a varias bandas. Ahora sí, ahora no. Ahora Greg, ahora mi marido parapléjico que piensa cambiar por mí aunque le ponga los cuernos. Ahora odio a House, ahora me quiero quedar a vivir con él… suerte que nuestro misógino médico decide que ya es suficiente y que pasa de Stacy, que no quiere volver a sufrir, que no cambiará por ella.

Cameron… ataca, bonita. Te ha llegado la hora.

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